En OPINIÓN LIBRE |

Docencia ética: ingeniería social para construir una cultura de paz

Ejercer la ineludible docencia fáctica para la paz es para muchos expertos, una respuesta de la educación concientizadora hacia los grandes problemas que aquejan a la humanidad.

 


Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo
https://orcid.org/0000-0002-8478-6738
 


El objetivo del presente artículo, no es responsabilizar a la comunidad docente de todos los niveles educativos, la construcción de una cultura de paz necesaria en el planeta; sino reflexionar cotidianamente desde diversos paradigmas culturales y comprometernos masivamente el reto de construir esa cultura universal, bajo un liderazgo desde la educación como ingenieros sociales y protagonistas claves de una educación esperanzadora.

Dado que la humanidad, según los expertos, se encuentra en una expectante situación superior a épocas pasadas y al mismo tiempo se ve asaltada por problemas ecológicos, físicos, psíquicos, sociales y el latente grito de guerra, masificada gracias a la internet y al consumismo; quebrando la paz interior, vulnera el endeble patrimonio personal, formados bajo un sistema educativo engrilletado y lineal, limitado a desarrollar aspectos cognitivos.

¿Acaso los operadores de la educación son los únicos responsables de construir una cultura de paz? No. Probablemente la Unesco, intenta liderar y responder universalmente  a través de sus esfuerzos y acciones, recomendando sembrar la paz en la mente y corazón de la humanidad, pretendiendo anclar el respeto hacia el otro, coincidiendo con Benito Juárez, “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al ajeno es la paz”

El docente ético como ingeniero social

Ante esta perspectiva, el docente ético como ingeniero social, poseedor de una alta sensibilidad humana, forjada en su largo empoderamiento moral, se ve obligado asumir el liderazgo en la construcción de una cultura de paz sostenida, desde el enfoque de la pedagogía ética, centrado en la mente y corazón de las personas, para una apropiada convivencia, bajo marcos de tolerancia coincidiendo con las posturas filosóficas de Fethullah Gúlen.

“La paz comienza con una sonrisa”, afirmaba Teresa de Calcuta; discurso que aún no se ha logrado llevar a una praxis pedagógica bajo el arco de una educación para la paz, debido al modesto ejercicio de la inteligencia emocional, en ambientes académicos, postergando los sueños más íntimos que somos capaces de construir en las escuelas, que Luther King, llamaba una cultura de paz como el objetivo final  de la humanidad.

Ejercer la ineludible docencia fáctica para la paz es para muchos expertos, una respuesta de la educación concientizadora hacia los grandes problemas que aqueja a la humanidad y un salvoconducto para la supervivencia futura, entre generaciones diferentes y distantes, centrado en la docencia ética, como mediadora de la paz,  concordando con las reflexiones de Johan Galtung.

 Finalmente, haciendo eco las voces de los expertos y teóricos de la educación para la paz, reflexionemos a la luz de la ciencia, mejorando políticas educativas, equipando el patrimonio moral del docente y rediseñar estrategias colaborativas vivenciales, comprometiendo a toda la sociedad, liderados por la comunidad educadora ética, con vista a los Derechos Humanos, donde una cultura de paz universal es posible y perentorio, si pretendemos prolongar nuestra estancia en esta única nave, la tierra.

 @davidauris

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