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La demanda de una educación de alta calidad en globalización, exige un compromiso docente y del Estado.
En nuestro país, los profesionales de la educación estatal, son liderados por sindicatos politizados que persiguen poder y dando espaldas a la exigencia mundial, gatillan contra la calidad educativa y ahora pugnan, por manejar la Derrama Magisterial, considerado el Banco de los docentes.
En efecto, el presidente Castillo, proviene de la cantera sindical. Fundó FENATEP, Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú, para encabezar la huelga nacional de 2017 y dándose a conocer, sin más mérito que un agitador social, logró la presidencia por casualidad. Desde el poder todoterreno que gozan los presidentes peruanos, lejos de promover unidad y fortalecer al magisterio, está dividiéndolo, dinamitando al SUTEP, Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú.
En este sentido, como educadores qué ejemplo ético muestran a los estudiantes y a la sociedad, si el magisterio nacional, liderados sindicalmente por un conservador Sutep y un radical Fenatep, incapaces de unirse, libraron encarnizadas batallas de poder, bajo la misma bandera izquierdista y anteponiendo sus concepciones ideológicas sobre el quehacer educativo, han creado un organismo bicéfalo y sin brújula.
¿Acaso no es posible ejercer un liderazgo sindical lejos del partidismo político?, es necesario hacerlo, pues educan personas libres, de no lograrlo, es preferible dar un paso al costado. Aunándome a esta causa, desde la cúpula sindical, convoquemos a brillantes maestras y maestros, para liderar junto a los padres de familia, la sociedad organizada y el sector empresarial, una marcha nacional por el Perú y la calidad educativa desde nosotros mismos.
Convencido de ello, promovamos un modelo educativo con base científica, con la finalidad de elevar los aprendizajes de los estudiantes y transformar nuestra realidad consumista hacia un país productor de materias manufacturadas y así, lograr los objetivos del desarrollo sostenido sugerida por María Helena Andre.
Por consiguiente, pongamos en marcha a esta formidable masa docente que supera el medio millón, creando equipos de investigación descentralizados, destinados a innovar y elevar nuestra calidad educativa a nivel internacional, capaz de hacer frente a los desafíos del mañana.
Por último, apostemos por un solo sindicato sin partidismo político. Aparte de velar por nuestros derechos, tienen la responsabilidad ética de liderar el logro de la calidad educativa, centrada en la formación de personas libres, reflexivas y solidarias.
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