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La educación virtual: “Aprendo en casa” es un desastre para el aprendizaje de los estudiantes de todos los niveles educativos, seguido por la viveza de muchos profesores del Perú, que han aprovechado la pandemia para pasarse la gran vida.
Una cantidad considerable de maestros, antes de la pandemia, hacían mil trucos para abandonar los centros educativos, con la complicidad de médicos del Seguro Social, inventado enfermedad y otros motivos, para permanecer en sus casas, dejando a los escolares sin profesores. De modo, la pandemia favoreció a profesores vagos para permanecer en sus casas, y -de otro lado- conocer a docentes sacrificados, que nunca abandonaron a sus alumnos, haciendo mil esfuerzos para comunicarse con ellos. En pocas palabras, en los lugares alejados donde hay pobreza y no cuentan con internet los estudiantes no han aprendido nada.
Conocemos la realidad de 3 distritos: Chavín (Chincha), Azángaro (Yauyos) y Alto Larán (Chincha). Los 2 primeros: Chavín y Azángaro, fueron los privilegiados por no tener contacto con el Corovavius-19. De tal manera, los estudiantes y sus familiares vivieron con normalidad en tiempos de la pandemia, y las restricciones. Hasta ahora no usan barbijos y otras formas de protección. Lo raro es que los profesores nunca llegaron a sus colegios, ni siquiera para ver a sus alumnos. Más de un año de ausentismo bárbaro. Muchos niños pululan sin estudiar. En distritos alejados, la educación virtual es un fracaso. Más bien, esta modalidad ha servido para el fomento de la vaganza y perdición de los estudiantes.
El Ministerio de Educación no tiene formas de educar a los alumnos. Por nuestra parte hemos presentado un proyecto mucho más eficaz para atender el aprendizaje de los escolares. Nadie nos ha hecho caso, a pesar de la importancia del proyecto. El modelo del gobierno, ha fracasado en lugares donde no hay internet y los escolares no tienen cómo comprar los celulares, y mucho menos carecen de dinero para recargar sus artefactos. Lo peor, no hay donde pagar para recargar, sus celulares. Los alumnos tienen que ir a los cerros, horas caminando, para tener contacto con internet, con peligro de ser atacado por personas de mal vivir. A veces, no hay señales. Esta realidad la hemos comprobado directamente.
De otro lado los profesores, vivos de hacer trizas a la ley, astutos para engañar, han programado una hora diaria de clases, de lunes a viernes, en forma virtual. ¿Y, las demás horas…? Se pasan la estupenda forma de vivir. Con esto se demuestra que muchos docentes trampean con los horarios de clases en forma virtual. Ahora, en Inicial prácticamente, los docentes no hacen nada para enseñar y orientar el aprendizaje de los niños. No matriculan, y todo el tiempo se han pasado descansando en su casa, teniendo como pretexto la pandemia. Por consiguiente, el aprendizaje de los estudiantes es una desgracia. El pretexto de coronovirus-19, fue para validar la ociosidad y trampería de muchos profesores. Salvo algunas excepciones, sucedidos en otros lugares.
La pandemia fue el arma de los vagos, en lugares donde el coronavirus no se presentó. El ministerio del ramo debe tener mejor control de los profesores. Hasta el momento nuestra propuesta, “propuesta de maestro”, que propone superar las deficiencias que el gobierno no ha resuelto, cayó en el vacío. La propuesta centrada en el contacto maestro-alumno tenía como fin mejorar la enseñanza y aprendizaje de los alumnos, en tiempos de pandemia. ¡Qué se puede esperar con gente que no tiene cerebro!
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