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La independencia del Perú fue un hito histórico que dio inicio a nuestra identidad como nación, y a su vez, nos encargó la misión de construir un país desarrollado.
Esa tarea no ha sido efectiva, debido a nuestra desidia y a malos gobernantes y funcionarios ladrones, por lo tanto, no hay suficientes motivos para celebrar este 28 de julio, a excepción de estar vivos para abordar diversos desafíos como sociedad que aspira a disfrutar los beneficios de la democracia y la equidad en todo el país.
En efecto, nuestra vida es el capital más valioso que poseemos y es necesario vigorizarlo en el ámbito educativo, formando a los ciudadanos capaces de comprender que el patriotismo no es ponerse la bicolor y desfilar en las plazas, sino contribuir al logro del desarrollo equitativo de nuestro país que heredaremos a otras generaciones.
En ese sendero que nos conduce generar oportunidades para todos, es esencial afrontar la constante disparidad social y económica, la corrupción que afecta a las instituciones, la falta de infraestructura y servicios públicos, la violencia y criminalidad, así como los obstáculos ambientales y la pérdida de recursos naturales. La crisis política y la inestabilidad gubernamental han generado una falta de continuidad en las políticas, generando una desconfianza interna y ante el extranjero.
En vista de la realidad adversa, la educación es nuestro aliado para superar el desafío. Eduquemos en las aulas ciudadanos empoderados y conscientes de que solo el trabajo arduo, cooperativo y honesto podrá rescatarnos de la pobreza y conducirnos a un bien común y compartido. De no realizar esta acción, continuaremos formando ciudadanos sin valores que, posteriormente, muchos de ellos se convertirán en funcionarios que terminarán por llevar a la debacle al país. Para probar este argumento, miremos nuestra singular vitrina con tres exmandatarios presos y a cientos de autoridades procesados por actos de pillaje.
Asimismo, para alcanzar un real desarrollo, el Gobierno debe impulsar una educación superior centrada en la investigación científica experimental para transformar nuestra materia prima en productos manufacturados y fomentar los programas de ingeniería, ciencias y tecnología. Esta investigación desarrolla la tecnología de avanzada y para ello, las instituciones deben internacionalizarse con celeridad para alcanzar la transferencia tecnológica. Además, es perentorio formar individuos emprendedores con el fin de mostrar sus proyectos a nivel global, tal como lo hacen las marcas transnacionales.
A pesar de la compleja incomprensión entre el Gobierno y la población, un Congreso liderado por un congresista con 55 denuncias según la prensa y cientos de funcionarios bribones; nosotros, los ciudadanos honestos y laboriosos, continuemos construyendo un Perú mejor desde el ámbito educativo, para celebrar otras fiestas patrias que habrán soñado tantos antepasados que ofrendaron sus vidas por nosotros.
© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.
@davidauris |
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