En mayo del 2007, un equipo de Latina ubicó al expresidente Alberto Fujimori en un restaurante, en Santiago de Chile, a muy poco de conocerse el fallo del Poder Judicial de ese país, que finalmente decidió extraditarlo al Perú tras su fuga al Japón.
Fue la primera entrevista de Alberto Fujimori a un medio peruano tras dejar abruptamente el poder en medio de muchas acusaciones.
En esta entrevista, Alberto Fujimori habló de las especulaciones sobre un posible pedido de asilo a la Embajada del Japón en Chile, de su resguardo policial, del reciente estreno por aquellos días de un documental sobre la Operación Chavín de Huántar, de algunas acusaciones en su contra y hasta de su esposa Satomi Kataoka.
La pregunta que molestó a Alberto Fujimori
Luego de ello, la reportera le consultó por las acusaciones realizadas por el que fue el director del Servicio de Inteligencia del Perú, Vladimiro Montesinos.
Antes ya había realizado una pregunta sobre el mismo tema y el exdictador había indicado que no quería declarar al respecto. Cumplió su palabra. Al escuchar por segunda vez una interrogante sobre Montesinos, interrumpió la entrevista y se retiró.
¿Vladimiro Montesinos y otras personas han dicho que usted estaba enterado de estas ejecuciones extrajudiciales porque usted daba todas las órdenes?, le cuestionó la periodista.
Fujimori respondió: "Todas esas cosas son meras especulaciones. Debe entrar al ámbito judicial, si es que procediera. No quiero hablar del tema". Ante la insistencia, se paró de la mesa mientras dijo "Si me permite tengo que retirarme. Muchas gracias".
Después de esto, se empezó a retirar el micro que llevaba, agitó las manos frente a la cámara y sonrió. "Saludos al pueblo del Perú", dijo y se fue.
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