Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

Hemos escrito 2 enfoques sobre CORONAVIRUS, haciendo uso de nuestro conocimiento, y fiel a las enseñanzas del primer máster peruano en Microbiología Saona Blak, en la UNICA.

De modo nuestros comentarios no son tan empíricos, sino producto de una apreciación científica. Sobre el COVID-19, hasta la actualidad no hay nada concreto. La patogenicidad del virus está en estudio. La mortandad causada es muy alta, donde la atención médica se colapsa, y mueren los héroes que cuidan a los enfermos y protegen al pueblo, ante la irresponsabilidad criminal de muchas personas que juegan con la muerte, y han provocado la pandemia mundial.

Hace unos 30 años los estudiosos Manolo Fernández y el Veterinario Moreira, fabricaron una vacuna para combatir el virus avícola, anticuerpo que salvó muchas vidas de pollos. 

Hoy sabemos que el chinchano, destacado hombre de ciencias, Manolo Fernández, con otros de su especialidad, están en pos de hallar la vacuna para combatir el mortal virus. En todo el mundo hay científicos que están dedicados a producir la vacuna contra COVID-19. Según los expertos la vacuna debe estar usándose de aquí a 2 años. Se ha puntualizado, además, todo lo concerniente a este asesino ultramicroscópico, extremadamente peligroso, está en proceso de investigación.  Los trabajos de análisis y producción recién se han iniciado, pues apenas tiene 4 meses matando miles y contagiando millones de personas.

Muy bien, la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha manifestó hace un mes atrás que el virus no se trasmite por el aire. Nuestro punto de vista es dispar. Creemos que una las vías de trasmisión, quizás la más letal, sea el aire. Teniendo presente lo más elemental; en Biología, los fenómenos de inspiración y expiración, es un proceso gaseoso, donde entra y sale el aire de los pulmones. En tanto, externamente el aire circula mezclado con moléculas químicas: bióxido y monóxido de carbono, nitrógeno, oxígeno, agua, etc, y miles de microrganismos como huevos de parásitos, protozoarios, hongos, bacterias, y virus, y desde luego infinidad de partículas visibles e invisibles.  Su análisis es otra nota. Se trata de la contaminación del aire.

Hace más de 50 años que venimos observando y preguntándonos que los microrganismos se trasmiten por vía área: Por eso existen a nivel mundial sanidad humana, animal y vegetal, que controlan los microorganismos. Así las plantas se mueren a causa de la infestación de muchos virus, llevados por el aire. Que se sepa no hay un virus que escoja un determinado camino para contagiar. Cualquier vía es peligrosa: aire, agua, y contactos personales o con objetos. Al extremo que la molécula de ADN, encapsulado proteicamente, conocido como CORONAVIRUS, puede vivir 2 días, según los datos consignados por los científicos, y su duplicación es astronómica, matando mayormente a personas de la tercera edad.

Al cabo de algunos meses, de paciente investigación, sabremos la verdad. Hasta ahora se especula tanto acerca de este virus letal, cuyo origen aún no ha sido determinado: laboratorio o formación natural.  

Arquímedes descubrió la ley del empuje hidrostático, bañándose, salvando su muerte. Así hay infinidad de casos. Los millares de muertos, de acuerdo a nuestra concepción, se debe al contagio aéreo, porque los microbios no seleccionan la vía de traslado como los humanos. Ni tampoco están en reposo como un cuerpo pesado.  Usan el aire como medio de transporte para llegar al huésped, consumando su muerte, en pocos días, donde las personas caen como moscas ante los aerosoles aplicados. Con más precisión, el aire es el que dispersaría la molécula infectante.  

Si no fuera así no hubiera millares de infectados, miles y miles de muertos que, debido a su alta patogenicidad son cremados o quemados, para evitar la contaminación. Por ejemplo, Luis Miguel, paciente cero, profesional valiente que vino de España, que dio la cara, no sabe cómo fue contagiado. Es posible sea el aire por donde pasó.

Hasta el momento, no sabemos el comportamiento humano de cremación ante la muerte bacteriológica o viral, tal como se realiza hoy, a excepción del intruso mortal CORONA VIRUS. Se debe tener en cuenta la acción contaminante del aire, al hacer las recomendaciones y cuidados que se solicita a nivel de los países, para frenar la muerte masiva de las personas.