EL BLOG DE ADRIAN: Mi abuela y yo allá en mi Quichua querida
Todos tenemos alguien importante que nos marca la vida.
Hagamos con buen ánimo toda cosa que este a nuestro alcance.
Cuando yo era un muchachito de 11 años, mi abuela era un ejemplo para mí y mis hermanos.
Mi abuela confiaba en mí para que llevar las vacas a las alfalfas verdes y también a ordeñarlas en el corral que estaba al lado de la casa.
Entre otras tareas que nas decían de hacer, recogíamos y almacenábamos pastos para los conejos y tambien las gallinas.
No había electricidad ni agua corriente en la casa de modo que teníamos que hacer nuestra propia leña y traer agua del río.
Mi experiencia con el trabajo físico y el ejemplo de mi abuela de estar atentos y dedicados a las tareas pendientes me ayudaron mucho para obtener mi primer trabajo que tuve más adelante.
Cuando tuve apenas 16 años se me llamo por un trabajo nuevo y desconocido para mí como ayudante de albañil para una familia humilde.
Fue un honor recibir una asignación y poder cumplir la meta trazada por mis jefes.
Hoy día, cuando acepto nuevas asignaciones uso mi tiempo, talento y dedicación para ayudar y llevar bienestar a los demás.
Puedo experimentar y sentir el agradecimiento de las personas hacia mí, pero todo esto me hacer recordar los primeros años de mi vida y la suerte que tuve de tener la abuela más buena del mundo.