Antes servia solo como animal de carga, ahora los chinos utilizan todo del burro y pagan un fuerte precio.
El último reporte publicado por la
Comisión de Promoción del Perú para la exportación y el Turismo y a la Cámara de Comercio de Huancayo ubica
la piel de burro como el tercer producto más exportado de Junín, superado solo por el cacao y el ajo que ocupan el primer lugar y segundo respectivamente. En este caso como en muchos otros es la China el principal comprador. La piel de burro supera al tarwi, alcachofas, maca y otros.
Entre burros, caballos y yeguas, en la provincia de Huancayo región Junín , se sacrifican a la semana más 700 ejemplares. Esta cifra la maneja el
Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA) y es la oficial, la legal como se diría. Pero según fuentes policiales del distrito de Chilca, en diferentes ferias de la provincia se estarían sacrificando otros 300 burros de forma ilegal semanalmente. El objetivo: obtener la piel para luego venderla a empresarios chinos. Estos estarían pagando desde S/. 400 por cada una. El destino final de este pellejo es China y probablemente estén haciendo casacas, zapatos y más con la piel, y en el mejor de los casos la carne es exportada para embutidos, pero no sería así.
En los
distritos de Sicaya, Chilca, Sapallanga y Coto, según avanzan las investigaciones policiales, se estaría comercializando piel de burro de forma ilegal. En Concepción, existe un camal formal. "Ahí no reciben las carnes de burro, si no llegan enteros. Tiene que llegar vivo, parado o sino con su pellejo", dice el agente. Una vez vendida la piel, los dueños estarían llevando la carne a diferentes mercados de la ciudad. "El no cumplir con las medidas de salubridad, matanza y transporte de la carne, estaría atentando contra la salud de los consumidores", detalla Joseph Portugal, director de Senasa. Hace unos días en el distrito de Chilca hallaron un grupo de personas que despellejaba a un burro en un campo ferial. El destino de la carne probablemente haya sido uno de los mercados locales.
"Se están detectando e investigando las irregularidades", comenta un policía, y agrega que los entes reguladores como Senasa deben detectar las carnes de burro en los mercados. Por su parte, representantes de Senasa informan que en los mercados de Huancayo no se permite el ingreso de estas carnes, al menos no de forma legal, todo es llevado a Lima y luego exportado para hacerse embutidos. "Semanalmente se mata 280 equinos en Concepción, 200 en Huayucachi y 300 en Sicaya", dice Alejandro Rodríguez, de inspectoría de Senasa.
Con respecto a la posible exportación legal,
en la Cámara de Comercio de Huancayo no hay registros. Es un caso por investigar. Un grupo de interesados incluso estaría trayendo burros de la costa para la sierra, para luego sacrificarlos ilegalmente. Por
el frío la piel se conserva mejor.
Hace más de un año, Michelle Antigniani, entonces presidente de la Cámara de Comercio de Huancayo, precisaba que
el mercado de China requería la pulpa de burro con propósitos fármacos y de consumo. Ahí se habría informado de un
posible acuerdo de exportación, pero quedó en nada. A la fecha, la actual gestión no maneja información legal de ello. Quizás una mafia de chinos usa este hecho para llevar ilegalmente la piel y carne del burro hasta el otro lado del mundo.