Mag. Químico-farmacéutico y periodista |
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El ciudadano Santiago Perona ha sido sacado de su centro de labores¸ puesto, que desempeñaba en el mini museo de arqueología de Chincha, convertido en tal tras un pequeño arreglo de la Biblioteca Municipal de Chincha.
Santiago Perona no es culpable de la desfachatez cometida por el alcalde anterior César Carranza Falla y el actual Armando Huamán Tasayco, que se empecinó de inaugurarlo por segunda vez. La Biblioteca es la Biblioteca, y ese es su sitio, no un cuchitril que José Navarro Grau hizo como Centro Cultural, cuyo diseño y construcción está lejos de las construcciones realizadas por los antiguos peruanos.
El hecho es que Santiago Perona ha sido sacado según se ha dado a conocer. Por nuestra parte hemos mantenido cierta discrepancia y desacuerdo por “descalatar” a la Biblioteca Municipal de Chincha, y vestirlo como Museo, un descalabro con despilfarro de dinero. Pero aquí está en juego un puesto de trabajo, desde luego conseguido con esfuerzo. Santiago Perona, en la práctica conoce mucho sobre la arqueología chinchana, quizás mejor que los teóricos, por haber estado presente en los trabajos de Francisco Iriarte, Efraín Orbegoso, entre otros. De modo su presencia es indispensable en el puesto que desempeñaba.
Ahora con respecto al abandono y destrucción que sufren los restos arqueológicos, se trata de otra cosa. En los últimos años la depredación de las construcciones del pasado peruano ha sido terrible. La destrucción más cruel se registró en el distrito de Chincha Baja, donde el eterno alcalde Emilio Solar Salazar, avaló que los electores que simpatizaban con su grupo fuesen premiados con construcciones arqueológicas, las que fueron derribados sin piedad ni consideración, llegando al colmo de cerrar el camino central, o Qápac Ñan de los Chinchas, que partía de Chinchaycámac para dirigirse al sur.
Otros alcaldes -sin identidad y cabeza hueca- fueron los de Grocio Prado y Sunampe, que permitieron la desaparición de importantes restos arqueológicos del valle de Topará y El Cumbe, respectivamente. También se sumó a este despropósito los alcaldes de Alto Larán, que dejaron que Tallo Masía, sepulte cementerios, tumbas y construcciones, entre Portachuelo y Conta.
Por su parte, el alcalde de Chincha, que pareciera una efigie de barro podrido jamás hizo algo por el patrimonio cultural de Chincha. Y, aquí tiene mucho que ver Santiago Perona, que lejos de velar por la lectura, dio paso a un mini museo, de donde ahora cancelan su contrato.
Chincha, por desgracia, durante los últimos 60 años, ha tenido como 4 alcaldes foráneos, sin corazón e identidad chinchana, por lo que, fueron elementos negativos para la cultura, y fósiles de la depredación de los restos arqeológicos. Entre ellos, con mayor tiempo de vigencia, tenemos al ex Ministro de Educación José Navarro Grau, Lucio Juárez Ochoa y César Carranza Falla, entre otros. Precisamente en la gestión de César Carranza Falla, ingresó al municipio Santiago Perona, como trabajador contratado.
La Municipalidad Provincial de Chincha no debió ilusionar con un puesto de trabajo a Santiago Perona, para luego sacarlo. Eso está mal. Se sirvió, y una patada en el trasero, en condenable.
Nosotros hemos presentado varios proyectos. Nunca nos hicieron caso. Empero, hay personas que se opusieron tenazmente, por cuestiones personales, a los trabajos arqueológicos. Sobre ese caso hablaremos en los próximos días.
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