Por: Eucadio Gutiérrez Solano Profesor/Periodista Q.E.P.D.

 
Hace varios dias una humilde madre de familia chinchana le preguntó a su hijo qué le habían enseñado en la escuela. El niño respondió para sorpresa de la madre: “huevadas”.

El caso se trata de un niño que había terminado sus estudios de educación inicial en una escuelita rural, donde la profesora le había enseñado leer, escribir y sumar, incluso restar. De modo sabía muy bien a desenvolverse en esos campos. La mamá le había matriculado en la escuela de la ciudad, en los meses de verano, para que se prepare y no tenga problemas en primaria.

La respuesta del niño nos hace pensar y reflexionar. “Huevadas” lenguaje del vulgo, muy común en Chincha, que significa “lo que no sirve”.

 

Pero en muchos sectores rurales los docentes continuaban enseñando a los niños fundamentalmente la parte cognitiva. Es que los conocimientos son los soportes donde descansa los demás saberes.  Allí están el futuro de los niños.  La buena enseñanza queda en la memoria de los niños. El niño que respondió de esa manera cruda vivía muy lejos de la ciudad.

Hace unos días una profesora, madre de familia de un niño que estudia en la misma escuela rural del anterior, nos contaba hechos escalofriantes. Un caso que merece la atención inmediata del gobierno, que parece que no conoce el quehacer educativo, porque tiene un ministro ignorante, en materia de educación. El caso nos causa consternación y asombro.

Se trata del cambio de la profesora. Aquí el caso. Los niños han iniciado una guerra frontal contra la nueva profesora. No quieren estudiar. Cometen desorden jamás visto. Para llamar la atención de la profesora votan sus cuadernos y comida a cualquier hora.  No quieren asistir a clases. Nos preguntamos, ¿por qué tan estrepitoso cambio del comportamiento de los niños? Según se tiene
conocimiento la nueva profesora no le enseña prácticamente nada, porque así contempla el currículo de Educación Inicial. Los niños no pueden llevar cuadernos ni tener tareas. Los niños asisten a clases a jugar, cantar y hacer aprestamiento. No hay ningún avance en el campo cognitivo, vale decir conocimientos. Apenas reconocerán algunas letras.

Los 2 casos son complementarios. Posiblemente la profesora viene de la ciudad, donde los niños de inicial asisten a clases solamente a jugar, cantar y hacer dibujos, menos a la enseñanza y aprendizaje que su edad requiere. Está plenamente demostrado que los niños aprenden a leer, escribir, sumar y restar, por lo menos hasta el número diez. Sobre todo, los niños del campo, pues en aprestamiento ellos seguramente hacen más que los profesores. Está loco nos dirían. Los niños del campo a diario están dedicados a múltiples tareas de su nivel, entonces manejar sus manos y cuerpo, es tan fácil, no necesitan aprestamiento, salvo en casos complejos. 

El Estado quiere eso, que los niños sean tarados todo el tiempo. Como la comunidad del lugar buscó la creación de la escuela para que los niños aprendan, lean, escriban, sepan la suma y la resta, aparte de los valores, ahora se encuentra preocupado. Consultado la profesora que trabajó 25 años en dicha escuelita, confirmó que sus niños salían leyendo, escribiendo y sumando. Entonces los padres estaban contentos. Detrás estaban los funcionarios o veedores del Ministerio de Educación para sancionar, a quienes estaban enseñando en aula. No podía encontrar allí ningún cuaderno, ni ideas de tareas. De lo contrario eran sancionados o separados mediante resolución.

A este extremo ha llegado el Perú. A nadie le interesa la calidad de educación. En Inicial los niños solo deben saber pintar y jugar. Este es la educación peruana.

¿Dónde están los profesores, dirigentes, Derrama Magisterial, Consejo Nacional de Educación…? ¿A qué se debe esta triste realidad? 

El Ministerio de Educación está lleno de gente mediocre y de otras profesiones. Sobre educación, es como pedir peras al olmo. Para los tecnócratas de otra especialidad, el trabajo de la bestialización de la educación, está muy bien, o mediocridad educativa.

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