Este estudio muestra que los hijos de las moscas macho nacieron con cuerpos más gordos. Se necesitan más estudios sobre la influencia en la la fisiología de la descendencia
Que los padres consuman mucho azúcar en su dieta puede provocar obesidad en sus hijos. Así lo desvela un estudio de un equipo internacional de científicos en el que han participado investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona, España.
Los experimentos, llevados a cabo con moscas de la fruta, han consistido en que los insectos ingestaran altas cantidades de azúcares entre dos y un día antes de su apareamiento.
Así, los científicos han demostrado que la obesidad en los descendientes podría estar causada porque la alta ingesta de azúcar por parte de las moscas los días antes del apareamiento afecta directamente a la expresión genética del embrión, según ha explicado la investigadora del Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del Cáncer (IMPPC), Tanya Vavouri.
El estudio, que publica este viernes la revista Cell, da información detallada sobre cómo ciertas características metabólicas son heredadas, y podría servir para que los investigadores determinen si en los obesos se puede alterar el metabolismo al principio de la vida o más adelante.
Vavouri ha indicado que las altas ingestas en azúcares incrementan la expresión genética a través de cambios epigenéticos que afectan a la actividad de los genes, pero sin cambiar la secuencia fundamental del ADN de la muestra, según han podido comprobar en ensayos con moscas y ratones.
La investigadora ha señalado que, pese a que este estudio es "básico", los descendientes de las moscas macho que habían estado sometidos a dieta con azúcar "se mostraron con cuerpos notablemente más gordos".
Según Vavouri, pese a que el experimento se ha realizado en moscas de la fruta y en ratones, los resultados demuestran "cómo la obesidad sí puede ser heredada por generaciones".
Las moscas de la fruta son una valiosa muestra para la comunidad científica gracias a su rápida reproducción, lo que permite a los investigadores trazar los detalles de cómo la nutrición afecta a la epigenética y cómo esta puede ser alterada.
La investigadora ha apuntado que esta investigación "da una idea de cómo este tipo de información genética puede ser transmitida de progenitores a sus descendientes", y ha asegurado que les ayuda a concretar "cómo la dieta de los padres puede afectar e incrementar el riesgo de sus hijos a sufrir obesidad".
Aún así, Vavouri ha indicado que, de momento, esta investigación "no se traducirá en ningún medicamento, pero sí permitirá a la comunidad científica entender por qué hay gente obesa y cómo afecta directamente la dieta de los progenitores".
La investigadora ha destacado las similitudes en el sistema de regulación genética que comparten los ratones o las moscas con los seres humanos, por lo que el estudio "indica que los mecanismos de cambios epigenéticos de los humanos son muy parecidos y permiten hacer una observación fiable".
La investigación ha sido liderada por el doctor Andrey Pospisilik, del Instituto Max Planck de Inmunobiología y Epigenética en Alemania, y la doctora e investigadora Anita Öst, de la Universidad de Linkoping, en Suecia.
Según el doctor Pospisilik, "es muy temprano para entender cómo las experiencias de los padres pueden reprogramar la fisiología de su descendencia para toda la vida", pero este afirma que los mecanismos descubiertos "son un primer paso que puede cambiar profundamente la visión y prácticas que se aplican en medicina".
Por su parte, la doctora Öst ha advertido que este equipo y otros investigadores están "manipulando la epigenética al principio de la vida, pero sin asegurar si esta se podrá modificar en adultos".
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