CHINCHA - El pacto entre un grupo de extorsionadores y su víctima era la entrega de dinero para que concluyan las amenazas que cada vez se hacían más intimidantes para su familia.
Los sujetos le habían pedido 50 mil soles para dejarlo en paz y, tras el acuerdo, se reunieron en el distrito pisqueño de San Clemente, donde la policía especializada del Departamento de Investigación Criminal de Chincha logró detener a uno de los integrantes de esta banda.
El ciudadano A. C. L. (62) acudió a la sede policial para denunciar que desde el 24 de agosto pasado era víctima de extorsión mediante llamadas telefónicas. Con esta información, el personal de DEPINCRI se hizo cargo de la investigación, logrando seguir las pautas que los facinerosos iban indicando.
El plan de los sujetos era cobrar una fuerte cantidad de dinero que se debía entregar en un distrito de la provincia de Pisco. Pero el empresario no contaba con la cantidad solicitada por los extorsionadores, así que se acordó un nuevo monto. El punto de encuentro para hacer el pago era el distrito de San Clemente y, por las precisiones de la banda, la víctima debía de acudir solo y bajarse una cuadra antes de llegar al ingreso de esa comuna.
Los ruines seguían los movimientos de su presa desde que bajó del vehículo sin imaginar que la policía se encontraba en el sector. Un sujeto de polo color blanco y pantalón jean cruzó la carretera y se acercó a donde estaba su botín.
El desconocido tomó el dinero y, antes de que pueda escapar, los efectivos de la DEPINCRI Chincha aparecieron en escena para atraparlo. El sujeto pretendió escapar, pero finalmente fue interceptado en el cruce de las calles Independencia y Arica.
De acuerdo a las investigaciones, se trata de Hipólito Javier Jaques Taipe (32), natural de Pisco, a quien se le halló, en la cintura de su pantalón, un sobre manila con el dinero que se estaba cancelando para que los extorsionadores paren con las amenazas.
Además, en el registro personal le incautaron unos 70 envoltorios de papel periódico que al parecer contenían pasta básica de cocaína.
Fuente: Correo