El cultivo de la quinua, el alimento favorito de los incas
HASTA HACE POCO ERA UN ALIMENTO MARGINAL
Debido a la demanda del mercado internacional la quinua es un buen negocio. Articulo de Ronald del Rio Altamirano.
Historia
La quinua (chenopodium quínoa) era considerada por los incas como un alimento sagrado y era empleado para usos medicinales. Este cereal andino posee elevados valores nutricionales y es el único alimento vegetal que contiene todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas. Por años este grano fue cultivado en las alturas en el altiplano como un producto marginal, un alimento de las poblaciones nativas; no obstante, hace no muchos años, redescubierto por sus valores nutricionales, comenzó a exportarse a mercados exigentes en el hemisferio norte.
Una creciente demanda ha provocado que el precio suba, se desabastezca el mercado interno y sea extendido a la costa destinado a atender el mercado local y algunos mercados del exterior no tan exigentes. Pero la quinua andina continuará manteniendo sus atributos distintivos para los consumidores sofisticados. En los años 80 la producción decayó por complejos y perjuicios de los costeños y en la sierra estuvo a punto de desaparecer porque los agricultores perdieron la costumbre de sembrarla, incluso los mismos campesinos dejaron de consumirla. Ahora los limeños y los habitantes de otras ciudades se quejan porque el precio de la quinua se ha disparado, su precio se ha multiplicado por siete en los últimos cinco años.
El escritor indigenista y antropólogo José María Arguedas publicó en julio de 1966 su poema titulado “El Llamado a Algunos Doctores” en alegoría a la quinua, diciendo: “Dicen que no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor… Saca tu larga vista, tus mejores anteojos. Mira, si puedes. En esta fría tierra, siembro quinua de cien colores, de cien clases, de semilla poderosa. Los cien colores son también mi alma, mis infaltables ojos.”
El despegue
El boom de la quinua se inicia a mediados de la década pasada por el incremento de la demanda en los mercados internacionales, esto provocó una reconversión productiva en las áreas rurales andinas, es decir, reemplazaron cultivos no tan rentables como la papa y el trigo por la quinua. Además, se amplió la frontera agrícola pues se incorporaron terrenos que estaban en desuso. Si en el 2012 se cultivaron 32,000 Has., para el 2013-2014 se va a llegar a 50,000 Has. El propio ministro de agricultura ha declarado que la producción se triplicará para el 2021.
Lo mejor está por venir, son buenos tiempos para los productores de quinua, esto no significa que tengan que dormirse en sus laureles, la mira está puesta en sembrar quinua orgánica, dejando paulatinamente la convencional, de esta manera se puede ingresar progresivamente a mercados especiales que buscan productos más sanos y libres de químicos o pesticidas. Cuando se siembre quinua convencional en la costa en grandes cantidades, esto va a servir para la industria, para algo masivo. En cambio la quinua orgánica de la sierra va a usarse en los restaurants para la comida gourmet, para la exportación.
Pero la cuestión no es solamente producir de manera orgánica, sino tener una certificación internacional que lo garantice. Por ejemplo la empresa Wiracocha de Ayacucho ya cuenta actualmente con este reconocimiento válido para Europa, EE.UU y Japón, pero no es algo que se da de porrazo. El 2008 trabajaron con quinua convencional en 17 Has., al año siguiente cambiaron a quinua orgánica e iniciaron los trámites para conseguir los sellos internacionales que demoran cerca de dos años. Ahora ya tienen 600 Has. Cultivadas con quinua orgánica, toda certificada.
Por su parte, los órganos de gobierno (Sierra Exportadora) capacitan a los agricultores para crear compost, abonos y pesticidas naturales, de esta manera no dependen de químicos y su producto a corto o mediano plazo va a tener mayor valor en el mercado. Los pesticidas orgánicos llamados biocidas son elaborados con elementos naturales. En Puno por ejemplo lo preparan con rocoto, cebolla y tarwi y sirven para eliminar al ccona-ccona, gusanos que arrasan con las panojas de la quinua.
También hay mucha creatividad e ingenio. Entre las técnicas que usan los campesinos para evitar la merma que producen las aves en los sembríos (entre 30% y 60%) figura una muy original: con cintas de viejos casetes tienden líneas a lo largo de los campos. Al ser movidas por el viento, estas cintas producen un sonido inaudible para el hombre, pero que espanta a las aves. Otro avance ha sido dejar la obsoleta costumbre de sembrar al voleo. Ahora lo hacen en surcos que es una forma de aminorar gastos en mano de obra. Además ya no se hace la cosecha al garrote (es decir a golpes con palo) sino que se utilizan trilladoras que han sido adaptadas para la quinua y kiwicha.
El 2012, en la Feria de ingredientes saludables en Frankfurt- Alemania, se establecieron las nuevas tendencias mundiales: la demanda de productos libres de gluten, la utilización de ingredientes orgánicos, el incremento del consumo de proteínas naturales, entre otras. Todas estas necesidades la satisface la quinua. Pero tal vez la más importante sea que la quinua no contiene gluten , no es casualidad que a partir del 2011 la quinua esté presente en los supermercados de Norteamérica
Trabajo en equipo
La chispa que desencadenó este auge se originó por necesidades de las sociedades más encumbradas, fueron los agricultores más precarios de la sierra peruana quienes hicieron posible que este boom se desarrolle a una velocidad inusual al tomar la decisión de agruparse en asociaciones, cadenas productivas o corredores económicos que, dicho sea de paso, deberíamos -en el muy corto plazo- hacer en Huachos, debería haber una organización fuerte y eficiente, sin intermediarios, y así dar los siguientes pasos: modernización, conquista de mercados, mejora de calidad, mayor productividad, etc.
Otra ventaja de asociarse resulta el generar valor agregado, empezando en el futuro la implementación de máquinas para pelar y lavar la quinua. De esta manera se obtiene la variedad perlada, que cuesta tres veces más que la quinua en grano.
Desafios a enfrentar
El cambio climático es sin duda uno de los principales retos a enfrentar; también las bajas temperaturas son otro problema. Se pueden prevenir estos cambios ambientales introduciendo variedades de quinua que sean más precoces, utilizando riego tecnificado para no depender de la lluvia.
Las cifras
El 88% de la producción mundial de quinua es acaparada entre el Perú y Bolivia.
36 Países importan quinua peruana, incidiendo que el 70% de la producción se va al mercado internacional.
El 67% de las exportaciones peruanas tienen como destino a los Estados Unidos de Norteamérica.
El 70% de la quinua del Perú se produce en Puno.
En investigación se invierte muy poco: estamos en la cola de América Latina; sin embargo, en los últimos años el INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias) ha creado siete nuevas variedades de quinua, de los cuales tres se exportan.
Existe un cambio de percepción sobre la quinua a nivel de la sociedad peruana, en esto mucho se lo debemos a los países del extranjero que buscan alimentos saludables, como la quinua, que tiene cualidades nutriceuticas (nutritiva y terapéutica) pues fue allí que se le dio importancia en el Perú. Pero aun así los nichos de mercado aquí son bastantes pequeños. Se ha valorado tanto el producto a nivel internacional que los precios se hacen inaccesibles para los consumidores nacionales, sobre todo en los sectores marginales.
Este hecho casi insospechado, debe preocuparnos mucho porque se pone en peligro la seguridad alimentaria, especialmente en la población andina donde hay altos índices de desnutrición, de anemia, que afecta al 50% de la población rural. Se hace indispensable retomar el consumo de la quinua, especialmente en la población joven de nuestro medio. Es común ver en la sierra que ante los altos precios de la quinua, estén consumiendo tallarines y arroz.