ICA - Como ocurre desde la época de la conquista española, en el mes de octubre sale en procesión la venerada imagen del Señor de Luren. Pero, ¿cómo comenzó el culto al Cristo Moreno de Luren el tercer lunes de octubre?
Cuenta la historia que producida la conquista, la tarea inmediata de los españoles fue la evangelización de los indígenas. Se les ?encomendó? a un grupo de indios y surgieron entonces las encomiendas.
Ellos repararon que la mejor forma de volverlos al cristianismo era mezclar el culto de los nativos con los símbolos de la tradición cristiana. Así surgió el culto al Señor de Luren en octubre, fecha en que los naturales celebraban la llegada del agua y lo atribuían a una divinidad.
En la época de la primera evangelización, la orden franciscana sacaba en procesión a la imagen del Señor de Luren en jueves santo, en el marco de la semana santa. Con el tiempo, siguiendo los rituales indígenas que todavía se realizaban, durante el plenilunio del mes de octubre, para la llegada del agua -elemento vital considerado divino- y con el mismo propósito evangelizador, se empezó a sacar la imagen de cristo de Luren también en el mes de octubre, evoca la norma.
Se desprende entonces que fue el ritual indígena de gratitud a la Naturaleza por el agua el que vincula los inicios del culto al Señor de Luren en octubre en Ica, tradición cristiana que comenzó en la época de la colonia y que se mantiene vigente hasta nuestros días, congregando a fieles de toda la región, el país y el extranjero.
La venerada imagen. Pero, ¿cómo llegó la venerada imagen del cristo crucificado a suelo iqueño?
Historiadores iqueños como el presbítero Alberto Rossel Castro, en su obra ?Caciques y Templos de Ica? (1954), y Julio Ezequiel Sánchez Elías, que escribió ?Cuatro siglos de Historia Iqueña? (1957), mencionan que el encomendero Nicolás de Ribera ?El viejo? mandó edificar una ermita que fue construida en 1556 para adoctrinar a los indígenas de su encomienda HurinIka (parte baja de Ica).
Años después tomaría el nombre de ermita de Luren y, con la llegada de los padres franciscanos, se tuvo a bien reemplazar la vieja y pequeña imagen de Cristo crucificado del encomendero por otra de tamaño natural que fue comprada en el Convento de Los Descalzos por Fray Francisco de Madrigal, doctrinero de la Parroquia de Luren, quien viajó a Lima con tal fin.
Culto al Señor de Luren se mantiene por siglos
En octubre se rendía culto por la llegada del agua; pero españoles hicieron coincidir fiesta religiosa.
La imagen fue embarcada el 25 de enero de 1570 desde el puerto del Callao y un mes después llegó a su par de Pisco, siendo traslado a Ica por un arriero.
Cuenta la tradición oral que en el trayecto, la acémila que traía la imagen se perdió en el desierto, pero fue ubicada en un desconocido paraje. Los lugareños interpretaron que era el deseo del Cristo crucificado que se edificara allí su iglesia y así ocurrió. Allí es donde se edificó una iglesia más amplia y se llamó Luren.
Ni hachas, ni fuego. Pero hay más tradición en torno a Luren. El historiador Alberto Casavilca Curaca y el investigador César Sánchez Baiocchi, así como relatos orales, refieren que en la Guerra del Pacífico, durante la ocupación chilena, la soldadesca extranjera trató de llevarse la imagen, pero se puso pesante y no pudieron cargarla. Decidieron destruirla y la golpearon con hachas, pero éstas se rompieron, mas no la imagen.
Un hecho verídico ocurre en 1918, cuando el templo se incendia y destruye a iglesia por completo y quema el tronco de la imagen, pero no su rostro que queda casi intacto. Diestros artesanos iqueños se encargaron de restaurarla. Retiraron las partes quemadas y la enchapan con cedro traído de Nicaragua, cubriéndose las imperfecciones y refacciones con un barniz oscuro. Desde entonces se le conoce como el Cristo Moreno de Luren.
La hermandad
Esta labor es atribuida a la sociedad de los 16 amigos, presidida por Alberto Cierra Alta. Tal asociación hoy se denomina la Hermandad del Señor de Luren de Ica y se encarga de organizar las procesiones, tanto la del tercer lunes de octubre, como la tradicional de jueves santo.
Pero esa no fue la única restauración de Luren. El investigador y docente universitario Miguel Ángel Sevillano Díaz recuerda que la primera ocurrió después del terremoto de 1813, cuando igualmente parte de la imagen se destruye por el impacto del derrumbe de la pared de adobe de la espalda del altar. ?Quedó intacta solo la cabeza?, evoca al contemplar la imagen.
En el terremoto de 2007 la iglesia igualmente se destruyó, pero la imagen se conservó intacta. Hoy en día el Señor de Luren permanece en una capilla provisional de techo de calaminas y es anhelo de todos sus fieles que se reconstruya su templo.