Por: Eucadio Gutiérrez Solano   Profesor/Periodista

Increíble pero cierto. El gobierno del Perú nombró como ministro de Educación a Daniel Alfaro Paredes, un economista. ¿Qué tiene que ver un economista en el campo educativo? Para los pensantes y realistas esto es una burla y una patada de bestia a la educación nacional.

Después de la Reforma Educativo de 1970, del gobierno de Velasco Alvarado, que duró más de una década, la educación peruana vino cayéndose a pedazos, rompiéndose por todos lados como un costal quemado por sol, y luego parchado con diferentes telas. Cada gobierno entrante hablaba de una “reforma educativa”, como si la REFORMA EDUCATIVA fuese un juego fermentado en el cerebro de presidentes incapaces, sin visión educativa, como PPK, que llegó a destruir la Educación, con el contubernio del SUTEP y otras organizaciones.

Si se quiere mejorar la educación y detener su catastrófica caída se debió por una ruta verdadera, no por un espejismo. Un ministro de educación experto en temas educativos era imprescindible y clamor nacional. Pero este gobierno se fue al abismo con la designación de un economista en la cartera que pedía clamorosamente un especialista, y ya. El actual ministro pueda que sepa algo de administración, pero es un reverendo ignorante en el campo pedagógico. Nombrar a un economista en Educación es como elegir a una obstetra para extirpar el mal de un enfermo. No tiene explicación ni justificación de ninguna forma.

Tal vez hizo algo en Moquegua. Pero, que modelo educativo aplicó, si estuvo este modelo era compatible con los intereses de Moquegua, o simplemente fue una copia que satisfizo al Ministerio de Educación, en materia de evaluación.

La educación peruana necesita de una verdadera terapia, hecha por expertos, y no de mamarrachos y  aprendices de quinta categoría, que por ahí han estado de bulto en algunas oficinas. Y, especialistas en el Perú sobran, de elevado nivel, como José Antonio Encinas, Carlos Cueto Fernandini, que llegaron ser Ministros de Educación, y ahora tenemos a León Trahtemberg, y muchos otros que conocen muy bien el rumbo de la educación.

¿Qué está pasando para que los presidentes se burlen del pueblo peruano?  ¿Acaso no saben que estamos en el sótano a nivel mundial? Vizcarra y los políticos saben que PPK cometió locuras en el campo educativo, y seguir por el misma locura es una verdadera estupidez.  

D. Alfaro juramenta como ministro de Educación ante el presidente Martin Vizcarra el 2 de abril 2018.

En un colegio el director tiene que ver 2 misiones fundamentales: El campo administrativo y el campo pedagógico. De los 2 el de mayor importancia en aspecto pedagógico, porque tiene que ver con la labor pedagógica de los profesores, y dentro de su labor está el cumplimiento del Diseño Curricular Nacional, los contenidos y la metodología a aplicarse, entre otros quehaceres educativos. De otro ángulo. tiene que afrontar los problemas que hay a nivel de los profesores por especialidades, estudiantes, padres de familia, etc. Esto hablando solo del desempeño pedagógico.

 

¿Dónde están el Consejo Nacional de Educación, el SUTEP, y las entidades que se dedican a la Educación, o son cómplices del desastre de la educación? No se oye padre. A este extremo de somnolencia nos ha llevado la educación, a que el pueblo siga durmiendo, con la creencia que estamos asimilando la mejor educación que hay en el mundo. Burda patraña fabricada por las potencias que quieren mantenernos sumisos y obedientes… ¿Acaso no nos damos cuenta que en el Perú el cretinismo ha echado raíces, hasta elegir a cualquier personaje del basural para congresistas y autoridades?

Este ministro, ¿puede decirnos con claridad de la igualdad de géneros, del uso de libros, de la educación mercantil, de que los escolares de inicial no lleven cuadernos, y vayan a su escuela a jugar y jugar, y que no se les desapruebe, desde el punto de vista científico en el campo de la educación? Simplemente que no, porque no es su materia. Podrá engañar sí, con su verborrea altisonante, como Saavedra un sirviente fiel del Banco Mundial.

Bueno, pobre Perú. Así estamos, como en la época de las cavernas, aceptar y aceptar de rodillas, implorando perdón, porque la educación actual nos condujo a ese extremo, de endiosar a los brutos y ratas, conviviendo con ellos como hecho normal.

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