Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial

Daniel osaste desmembrar la mafia enquistada en el congreso. Acaso no sabías que esos partidos - el Apra y el fujimorismo - habían sido concebidos, amamantados  y adoctrinados  por las fuerzas oscuras de este Perú nuestro.

Fuiste Aprista y sabes de la traición del cuartel O'Donovan; sabes cómo Haya de la Torre tenía doble discurso, una para los varones del azúcar y otra para los campesinos pobres.  Sabes cómo este mismo personaje convivía con dictadores que perseguía a apristas y que ordenaba  encarcelarlos y asesinarlos. Sabes todo eso Daniel.

Sabes cómo AG se enriqueció en su primer gobierno con los dólares MUC, con el BBCI, con la reventa de los aviones mirage, entro otras ladronerías. Sabes de todas las pillerías perpetrado por AG en su segundo gobierno y  temeroso de terminar con su humanidad en la cárcel opto por suicidarse, resultando ser todo un cobarde. Todo eso también lo sabes Daniel, por que fuiste aprista y hasta regidor por ese partido.

Te pareció poco la mafia aprista. En esa carrera loca, donde los dioses ciegan a los que quieren perder, optaste por aferrarte al partido de otro gran mafioso, la  del  ladrón y genocida  Alberto "Kenya" Fujimori, aquel que desfalcó el erario nacional, en complicidad con Montesinos y  generales y almirantes ladrones y  altos dirigentes.

Sabes y conoces las entrañas mismas de ese partido y del cuajo que se manejan sus dirigentes. Sabes de su cinismo, de su sinvergüencería. Allí está el bufón de Tubino, valiente con los desvalidos y cobarde con los que ostentan el poder.  

Allí está el impresentable de Galarreta, mordiéndose la cola. Allí están las Alcortas, las Bartras, las Betetas, las Ariborgos, los Monterolas, las Letonas, entre otras arpías. Que estomago Daniel para convivir con tantos esperpentos.


Sin embargo un buen día decidiste enfrentarte a esas fuerzas oscuras, para bien del Perú. Te lanzaron escupitajos, te quisieron arranchar los ojos. Tú allí, impertérrito, soportando a pie firme las embestidas de la mafia, midiendo fuerzas.

Que pasó Daniel con ese informe que dijiste que era trucho. Resultó ser tu talón de Aquiles. La  bestia olió sangre y hoy babean venganza. De esta no te libras Daniel. Te van a bajar al llano, allí te van hacer puré,  te van chavetear y hacerte  un mapamundi. La mafia no perdona. En tu epitafio político se leerá: Aquí descansa los restos de quien en vida fue Daniel el travieso.