Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo davidauris@gmail.com |
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A propósito del día de la Mujer, celebrado hace poco, transcribo esta extraña historia que leí antes del suicidio de la tarde.
“Al despertar violentamente después de un misterioso sueño por terminar que tenuemente resonaba, había abandonado su enigmática existencia debajo del sombrío puente inundado de musgos, disfrutaba el brumoso aire apático del mediodía, extrañamente púrpura, como testifica la mitología gnóstica, ¡era una mujer terrenal!
Enarbolaba novedosas doctrinas progresistas y una multitud hechizada aclamaban en googles esa pegajosa danza reptileana, acosadas con parsimonia erótica, sus sensuales pezones apenas huyeron de aquella muchedumbre embutida de redes sociales y porquería.
Al atardecer anaranjado, después de un exquisito pábulo, su fingido novio huyó horrorizado al saborear el encanto de su inmortal aliento. ¿Se había transfigurado en un espectro ignorado? ¿Simplemente era un sueño imaginado por ella misma? ¿Acaso era el sueño del atardecer de otra sacrílega vagabunda? ¿Aún dormitaba debajo el puente?
Al caer la noche ignorada, espantada reaccionó, al ver, su ciclópea efigie dormida fulgurada en un querubín de la lúgubre taberna, merodeando a orillas de un aromático villorrio circular, y temiendo ser devorada su piadosa alma en la lóbrega ciudad; sin equipaje, aterrada y desconsolada se marchó hacia los escarpados Alpes de un lejano país, donde a nadie importe, pues, todos son como ella, habitan villorrios y saborean mate de salvia, nenúfar y romero soñando debajo del puente”. Terminado leer, aun no entiendo a la sociedad machista en pleno siglo XXI.
@davidauris |
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