Los ex-presidentes Alberto Fujimori y Alan García Pérez
 

	Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

Durante el trono de Alberto Fujimori, sus voceros expresaban, a todo pulmón, que ellos estaban preparados para gobernar unos 20 años. Todo su plan gubernamental estuvo encaminado a ese propósito para apoderarse del Perú por un mínimo de 2 décadas. Fundamentalmente la formación ideológica corría con tal fin. Keiko  Fujimori y sus seguidores pertenecen a esa escuela.

Siendo el sirviente del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el gobierno de Fujimori se abocó a la formación del hombre mediocre, castrando su capacidad creativa y crítica. Para el cual la pieza fundamental fue la educación.   

Entonces, conociendo la debilidad mental de la clase política, con el contubernio del SUTEP, a través de la Derrama Magisterial, y profesores sin concepción, Fujimori puso en marcha la receta del FMI con el nombre  de  la “excelencia educativa”, una propuesta pedagógica, ensayada en los laboratorios menos en la praxis educativa, una supuesta novedad o “elíxir” educativo, que transformaría la educación peruana  como la mejor de América, basándose en el constructivismo, viendo como dios a Lev Vygotsky.

Así comenzó la domesticación de los profesores y estudiantes, considerada por los expertos como Ricardo Morales, como el desastre educativo, e incompetencia por Walter Peñaloza, padres de la verdadera  Reforma Educativa peruana.

El constructivismo teniendo como lema la educación por competencias tuvo como objetivo preparar al cholo barato, la mano de obra barata para el servicio de las potencias,  cercenando y enviando al tacho cursos de importancia como filosofía, historia, y ciencias naturales entre otros, con la finalidad de formar minusválidos mentales, siervos y lacayos del fujimorismo. EL DCN nacional se fue al diablo, dando paso al DCN fujimorista, que hoy vienen dando resultados cuya prueba es el retroceso dado en más de 20 años, en que la ciudanía cada vez es más embrutecida, donde el hombre peruano no tiene identidad y espíritu crítico. Hoy se ve con gran estupor que la población peruana no tiene criterio ni menos principios morales. 

Fujimori, contando con  la materia prima que fueron los profesores “formados” en pedagógicos “bambas”, que en cada provincias proliferaron como epidemias mentales,  donde los egresados se titulaban  en serie, en un abrir y cerrar los ojos 100 o 200 profesores, al día, con el solo hecho de haber comprado libros para la biblioteca, equipos de sonido, ollas para la cocina o construir aulas.

Todo esto puesto en vigencia durante el gobierno de Alan García Pérez, donde desaprobar a un alumno era un delito. Si por algún motivo extra un estudiante de formación magisterial salía desaprobado, bastaba pagar 10 soles para aprobar. Esto sucedía generalmente con los educandos golondrinos. Más tarde se les denominó “formandos”  o cucufatos que había perdido su identidad y conciencia. De modo así titulados se incrementó bárbaramente la población de profesores en un 90 por ciento de mediocres, dóciles de manejar y ser engañados.

Estos son los causantes para que la enseñanza y aprendizaje pésimo de la educación peruana esté en la cola en el contexto de la latinoamericana, considerando solamente es 2 aspectos: el lenguaje y matemática, olvidándose del aprendizaje científico que radica en la enseñanza de las Ciencias Naturales.

En este trayecto estuvo la ex Ministra de Educación Mercedes Cabanillas, que tuvo el desparpajo de entregar la administración del Pedagógico de Chincha a las religiosas franciscanas de Paz y Bien, citando como ejemplo, que en el  fondo no es sino la formación del hombre servil, pasivo, sin espíritu de crítica y reflexión.

De manera los gobiernos de Alan García y Alberto Fujimori son los responsables de la pauperización y cretinización educativa del Perú. Ellos han convertido a los peruanos en borregos cuestionados por los pensantes en los últimos días.