Venezolanos ejerciendo la labor de vendedores ambulantes en el emporio comercial de Gamarra.
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Desde el año 2016 se viene registrando la inmigración masiva de ciudadanos venezolanos a nuestro país, producto de la crisis política y económica del hermano país de Venezuela.
Frente a esta situación el gobierno peruano ha rubricado el otorgamiento del Permiso Temporal de Permanencia (PTP), facilitando el trabajo legal de ciudadanos venezolanos, lo que significó la llegada de más venezolanos.
Perjudicando al trabajador peruano en un porcentaje considerable de dodo el mercado laboral, y siendo remplazados por los venezolanos, cómo es el caso de los ministerios, empresas públicas y privados como: Sedapal, Edelnor, Gobiernos Regionales, Universidades, Institutos tecnologicos, Instituciones Educativas y municipalidades.
Entre ellos están los miles de vendedores en los centros comerciales y las galerías, hasta en los quioscos, vendedores ambulantes, meseros, mozos, choferes, cobradores, jaladores, amas de casa, dama de compañía, enfermeras, niñeras, docentes, auxiliares etc, etc, etc.
Hasta hace unos años los ancianos y niños que pedían limosna en las calles, eran perseguidos y maltratados por los serenos, hoy por hoy estos necesitados han sido remplazados por los venezolanos, quienes con niños en brazo piden ayuda en las esquinas de las calles y hasta en los vehículos de transporte público.
Oh, sorpresa los prostíbulos también han sido copadas por venezolanas, y por último hasta las bandas de cogoteros atracadores y delincuentes peruanos, también han sido postergados por malhechores venezolanos.
Mientras que miles de ex trabajadores, compatriotas han pasado a engrosar la lista de ciudadanos desempleados de nuestro país.
El gobierno de turno nada hace por proteger a nuestros compatriotas peruanos, olvidándose por completo de ellos.
Esperemos que algún candidato al congreso plantee alguna propuesta al respecto, sobre este problema social.
Crónica de una realidad proclamada
Como autor tengo la necesidad de señalar las legítimas aspiraciones e inquietudes de mi pueblo, identificándome con sus necesidades, su dolor y su sufrimiento, así como los testimonios más resaltantes de sus costumbres, leyendas más bellas y auténticas.
Tengo la certeza de poder asegurar y describir con competencia este acontecimiento innegable, para relatarlo es preciso estar algo alejados de ellos, es decir a la distancia suficiente para estar a salvo de todas las mentiras con las que pueden rodearle la esperanza o el espanto.
No pierdo la ilusión y la certidumbre que algo cambie, con sinceridad deseo lo mejor para toda mi linda gente, sobre todo para los que nada tenemos y vivimos con calma, tengan presente que este personaje andante que se imagina, no tiene nada de soberbio, siempre está en el llano, lleva la alegría a borbotones a donde no las hay y a veces logra arrancar una sonrisa en ellos.
Creo que mi opinión ha provocado un vivo espanto.
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