"Un ministro tan hermoso"
(publicado en El Comercio) por Mario Sifuentes
No ha pasado ni una semana desde su juramentación y en las redes sociales ya circulan dos testimonios muy reveladores sobre Idel Vexler.
El primero es de una ex alumna del León Pinelo, que Vexler dirigió, contando que ella y sus compañeros bromeaban “con que era un mañoso” y lo imitaban caminando con la bragueta abierta. El segundo, de quien fuera un alto funcionario del Ministerio de la Mujer, recuerda el discurso de Vexler en un evento para docentes, en el que se vanagloriaba de haber detenido con estas palabras el acoso a una chica en un colegio que él había dirigido: “¡Cómo quieres que no te agredan tus compañeros si tú los estás violentando con esa facha! ¡De aquí en adelante solo entrarás al colegio con una blusa holgada y una falda por debajo de la rodilla!”.
Los recuerdos fueron gatillados por la delirante escena de la transición entre ministros de Educación: “Ven cuando quieras, quiero que me visites lo más que puedas, es más, con una ministra tan hermosa”. Y entonces, ¡juaz!: Vexler la apachurra y le zampa un beso en el cachete.
Al día siguiente, la ex ministra Martens –que congeló una sonrisa diplomática durante todo el incidente– confesó haberse sentido muy incómoda. “Ojalá esas conductas, que vemos normales en esas generaciones mayores, no se repitan porque no son normales en un ambiente de trabajo”. Y tiene razón. El problema es que el ministro de Educación es precisamente uno de los que debería garantizar –a través de la enseñanza, que incluye el ejemplo– que estas actitudes paleolíticas no se hereden. Pero, al parecer, nada de esto es un problema para el señor Vexler. Si tomamos en cuenta los dos testimonios arriba citados, ni cuando fue director de un colegio ni cuando fue viceministro reflexionó siquiera un poquito sobre su rol como educador en la perpetuación de esos patrones nefastos que aún son “lo normal” para nuestra sociedad (jamás vamos a ver, por ejemplo, una ceremonia pública en el que una ministra tenga palabras y actitudes similares con un colega varón).
Desde el 2013, según cifras del propio ministerio en su portal siseve.pe, se reporta un promedio anual de 434 maestros involucrados en violencia sexual (que va desde acoso y tocamientos hasta violación). Cada año. En el 2014, la directora regional de Educación de Lima Metropolitana denunció que las UGEL tenían encarpetadas 500 denuncias de este tipo desde quién sabía cuándo. ¿Qué hizo el señor Vexler sobre este grave tema en los siete larguísimos años que fue viceministro de Gestión Pedagógica?
Vexler no es la primera ni será la última figura pública en exhibir actitudes inaceptables con alguien solo por su condición de mujer (sin ir muy lejos, el eterno congresista ‘Vitocho’ García Belaunde también protagonizó un incidente similar esta semana). Pero el problema es más grave tratándose de él, que se encuentra al mando del ministerio que precisamente se encuentra en el ojo de la tormenta porque unos radicales religiosos han decidido que los niños no necesitan aprender de igualdad de género. Todo indica que ellos sí van a ver “tan hermosa” a la gestión de Vexler.
Recibe las últimas noticias del día