Para algunos expertos internacionales, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, usa las mismas artimañas del expresidente de EEUU Donald Trump para deslegitimar unas elecciones en las que claramente perdió frente a su oponente.
Sin embargo, las elecciones peruanas no son un caso aislado, según el análisis del medio norteamericano The Washington Post, se trata del surgimiento de una nueva tendencia en el mundo, donde los perdedores atribuyen la etiqueta de “fraude” si es que el resultado no les favorece.
Se trata de un libro de jugadas “que parece estar tomando forma” e implica el uso de falsedades que se sostienen en argumentos legales para desacreditar un proceso que, como el caso peruano, fue reconocido internacionalmente sin complicaciones mayores. “Tales afirmaciones resuenan especialmente bien en sociedades altamente polarizadas, dicen los científicos políticos, y las redes sociales han jugado un papel clave en amplificarlas”, afirma el artículo publicado el último miércoles.
Mas Keiko no está sola. Otros políticos de diferentes partes del mundo utilizan también la carta del “fraude” sin pruebas. Entre ellos está Benjamin Netanyahu, a quien una coalición parlamentaria lo sacó del poder en medio de serias denuncias por corrupción. También está el presidente de Brasil, quien dijo en las elecciones del 2018 que solo podría perder “si es que habría fraude”.
En países con instituciones democráticas débiles se ha utilizado este discurso para justificar una toma del poder militar, como en Myanmar.
El “mal ejemplo” de Donald Trump va a continuar envalentonando a los autócratas del mundo que manipulan los procesos para aferrarse al poder, según advierte el organismo supervisor internacional Freedom House. Además, marca un mal precedente en las elecciones del Perú.
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