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Por: Luis E. Forero Medina
Abogado/Especialista en Saluderecho
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El diagnóstico del país que iría gobernar lo hace el propio candidato, revelando verdades de a puño, como que uno de cada tres peruanos vive en la pobreza; dos tercios de la población laboral es informal –sin servicios de salud ni futura jubilación–; 10 millones de personas no tienen agua potable en sus casas la tercera parte del día, y más de 5 millones no tiene electricidad; la educación es un caos desde la inicial hasta la superior, en el sur no está masificado el gas natural, etcétera. Por este panorama desde su posesión PPK promete que cortaría por lo sano en algunos temas nacionales.
Los gobernantes hasta Ollanta Humala continúan sin cancelar varias facturas a sus nacionales, empezando por la salud pública, el crecimiento desordenado de las ciudades, la inseguridad ciudadana, el olvido del agro, la marginación de los jóvenes, las migajas de aumentos salariales a los docentes durante la última década, el descuido de las instalaciones educativas –el 64% deben ser demolidas-, la apatía hacia los colegios rurales, el favorecimiento del aparato gubernamental a la corrupción, las cárceles transformadas en escuelas del crimen, el desgreño gubernamental en la Amazonía, en fin la desconfianza en sus gobernantes, que se han dejado ver el cobre, metal que también por su baja de precio afecta la economía peruana.
El multifacético Pedro Pablo Kuczynski, quien promete mayor inversión en infraestructura, atrae al electorado con la propuesta de un cambio en casi todo, que empezaría desde el primer día de su gobierno con las siguientes medidas: presentar al Congreso los proyectos de ley para refundar la Policía Nacional, reformar el sistema de justicia, ley anti trámites, ayuda a la pequeña y mediana industria y reducción en tres puntos del IGV; y en materia laboral aumentaría el salario mínimo, crearía el seguro de desempleo de hasta 5 meses de sueldo, y haría efectiva la igualdad salarial de género. La agroindustria y el turismo peruano se duplicarían en su probable presidencia.
El diagnóstico de PPK en salud es de una urgente intervención, llevando a cabo una reforma a fondo. Hoy en el país los responsables de la salud se continúan preguntando si el enfermo está enfermo. Para PPK, cada palabra que diga se convierte en noticia, y reconoce que lamentablemente en el Perú se anda como el cangrejo en vacunación infantil, de para atrás, y aunque suene un vocabulario duro, los niños y niñas de la Sierra están desnutridos y mueren por la misma causa en la Amazonía Rural, - zona con las tasas más altas de atraso en el mundo-.
Los médicos, enfermeras y obstetras en el quinquenio pepeka verían debidamente pagados sus servicios profesionales, y los pacientes por fin no tendrían que hacer colas para nada, sólo utilizarían la TUS (tarjeta única de salud), y todo lo tendrían al alcance de la mano. En salud pública PPK se propone doblar los recursos económicos para este sector, del actual 2,2% del PBI anual, a un 4%, o un 6% con las alianzas público privadas.
Mejorar la seguridad ciudadana es una de sus prioridades, y al menos por tres años estaría sujeto al Acuerdo Nacional del Plan Nacional de Seguridad ciudadana 2013 – 2018, que contempla una reforma estructural del Sector Interior y de la Policía Nacional del Perú. Sólo el 15% de los delitos en que se incurre en 138 de los 1,850 distritos del país, son puestos en conocimiento de las autoridades por la poca confianza en la Policía y al Sistema Judicial. El presidente de la Corte Suprema de Justicia recién ha solicitado a la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA) la destitución de cinco magistrados y tres jueces superiores, por presunta corrupción. De seguro, del poder judicial y la policía saldrían los malos elementos. El policía en su gobierno sería debidamente remunerado para evitarle tentaciones de soborno. Con una debida seguridad ciudadana se restablecería la economía y estimularía la inversión social.
PPK promete ser un presidente con garrote a la corrupción, y zanahoria con todo y con todos los que caminen recto. La corrupción incluye a los que teniendo no pagan impuestos, o sea la denominada evasión tributaria. De los 7.5 millones de contribuyentes registrados, sólo unos 450 mil serían pagadores recurrentes de impuestos.
El candidato de PPK continuaría con la reforma a la educación pública que se adelanta, que busca que el Perú en el 2021 tenga una educación de calidad, con docentes bien remunerados, sobre todo a los que laboran en zonas rurales, de frontera, en el VRAEM o en escuelas unidocentes o multigrado. Algunas de estas metas en educación se propusieron hace más de una década por el Acuerdo Nacional.
La opinión pública en el Perú se pregunta qué pasará en las Regiones donde no se votó por Keiko ni por PPK, en muchos distritos por ejemplo, mayoritariamente se votó por Mendoza.