Por: Alonso Cárdenas Docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya |
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Tras la muerte del cabecilla terrorista, revisemos las consecuencias del nefasto periodo de violencia, pero también las brechas que aún existen en las zonas más afectadas como los índices de pobreza monetaria, de anemia, desnutrición y falta de acceso a servicios básicos.
El pasado 11 de septiembre, a la edad de 86 años, dejó de existir Abimael Guzmán Reynoso, cabecilla y fundador del movimiento terrorista Sendero Luminoso. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) define al Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), como una organización subversiva y terrorista que desencadenó un conflicto armado contra el Estado y la sociedad peruana en su conjunto.
Sendero Luminoso basó su accionar en la ideología del “marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo”. De acuerdo con el libro El pensamiento Gonzalo, la violencia hecha dogma político, Guzmán construyó su visión a partir de tres elementos fundamentales. El primero fue el marxismo, donde adoptó la idea del tránsito evolutivo que llevaría a la sociedad del capitalismo al comunismo. Segundo, del leninismo tomó el precepto de que la revolución solamente será factible si existe un partido constituido como una “máquina de guerra”. Tercero, del maoísmo incorporó los conceptos de guerra popular, así como la teoría de las contradicciones. Por ende, podemos señalar que el Pensamiento Gonzalo no es otra cosa que la aplicación de lo anterior a la realidad peruana. Guzmán entendía que esta interpretación era la “única científica”, una forma superior de apreciar la realidad.
Empero, la implementación del Pensamiento Gonzalo generó una espiral de fanatismo y destrucción nunca antes vista, un verdadero baño de sangre, una carnicería en lo que se denomina el periodo más violento de la historia de la República. En base a cálculos realizados por la CVR, Sendero Luminoso es responsable de la muerte de 31 mil 331 personas. A su vez, el periodo de violencia dio lugar a un sinfín de violaciones de los derechos humanos: masacres, desapariciones forzadas, torturas, secuestros, toma de rehenes, ejecuciones extrajudiciales, atentados, violencia contra niños y niñas, violencia sexual contra la mujer, por mencionar algunas.
La brutalidad y crueldad del Pensamiento Gonzalo se ejemplifica en la Masacre de Lucanamarca. En base a la información recabada por la CVR, el domingo 3 de abril de 1983, una columna de aproximadamente sesenta senderistas incursionaron en el distrito de Santiago de Lucanamarca, región Ayacucho, con el propósito de aniquilar a su población. La Dirección Central de Sendero Luminoso bajo el mando de Abimael Guzmán había decidido dar una “sanción ejemplar” a los lugareños, por colaborar con las fuerzas del orden. Ese día Sendero Luminoso masacró sin piedad con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego a setenta y nueve campesinos, entre hombres, mujeres y niños.
Las secuelas que dejó el periodo de violencia son también devastadoras. Revollar (2000), indica que el número de viudas sería de 20 mil, los huérfanos 40 mil, los menores con estrés post-traumático superarían los 500 mil. Por otra parte, Diez (2003), calcula que el número de desplazados se ubica en 600 mil personas. A nivel económico, la CVR revela que no se ha podido determinar el monto exacto de los perjuicios a los bienes del Estado producidos durante la etapa de violencia. Sin embargo, existen algunos indicios que nos dan una idea de costos de la violencia durante el periodo 1980-2000. El 1988, La Comisión Especial del Senado responsable del Estudio sobre Violencia y Pacificación, indicó que el daño al país ascendía aproximadamente a 9 mil 184 millones de dólares, equivalente al 66% del total de la deuda externa y al 45% del PBI de dicho año. Por otra parte Desco estimó que entre 1980 y 1991, se perdieron dos mil millones de dólares solamente por concepto de la destrucción de las torres de alta tensión. En 1993, la institución Constitución y Sociedad cifró en US$ 21 mil millones de dólares las pérdidas económicas para el país durante el periodo 1980-1992.
A manera de conclusión, el 17 de mayo de 1980, el distrito ayacuchano de Chuschi sufrió el primer acto terrorista de Sendero Luminoso. Hoy más de 40 años después, el 61.3% de la población de este distrito está sumida en la pobreza monetaria de acuerdo con data del mapa de pobreza del INEI del 2018. A su vez, más de la quinta parte de los niños de hasta 36 meses padecían algún grado de anemia, el 32.1% de los menores de 5 años presentaban cuadros de desnutrición crónica. El censo de 2017 arrojó que solo el 40% de las viviendas se abastecían de agua por la red pública instalada dentro del domicilio.
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