Por: Alonso Cárdenas Docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya |
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La situación de las carreteras nacionales es cada vez más preocupante. De acuerdo con cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, entre los años 2006-2017 hubo 10 mil 30 fallecidos producto de 30 mil 639 accidentes de tránsito en las carreteras.
Para el experto alemán Bernd Fertig, el Perú tiene la cifra más alta del mundo en accidentes de buses. De acuerdo con Fertig la causa principal de esta situación es la informalidad, vale decir “la irresponsabilidad de choferes que se adelantan sin ver el otro carril, van a una velocidad alta, son imprudentes en las curvas o manejan cansados”.
Es importante recordar que los accidentes de tránsito, además de generar un drama humano devastador, tienen un impacto importante en el crecimiento económico. Según la OMS, los países en desarrollo pierden el 3. 5 % de su PBI por accidentes de tránsito, lo que en el Perú equivale a 7 mil millones de dólares por año aproximadamente.
¿Cómo revertir esta situación dramática? Ello requiere un cambio conceptual a nivel Estado, es decir, ya no promover la movilidad mediante buses o automóviles, sino comenzar a desarrollar una política pública para consolidar una red ferroviaria nacional. Los trenes tienen enormes ventajas sobre los buses o los autos, ya que son un transporte mucho más seguro, rápido, formal, amigable con el medioambiente y con capacidad para movilizar grandes volúmenes de población.
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Otros países han invertido y logrado grandes avances tecnológicos en sus trenes. Japón fue el pionero de la alta velocidad ferroviaria con sus “trenes bala”, lanzados en el marco de los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. Diecisiete años después, Francia inauguró su Tren a Gran Velocidad, uno de los trenes convencionales más veloces del mundo, alcanzando los 574 km/h en la línea París-Estrasburgo, en el 2007. Sin duda un modelo digno de imitar.
La seguridad que ofrecen los trenes para las personas se puede constatar con datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat). De acuerdo con esta fuente en el 2017 solo 15 pasajeros fallecieron debido a accidentes ferroviarios en los 28 países de la Unión Europea. Eurostat indica que 18 países de la UE no tuvieron ni un solo pasajero ferroviario fallecido durante ese año.
En el Perú existen ya iniciativas importantes para el desarrollo ferroviario nacional, una digna de resaltarse es el Tren de Cercanías. Dicho tren beneficiará a 969 mil habitantes de Lima, Barranca, Cañete, Chincha e Ica. Se espera su adjudicación el 2021. Otra obra relevante es el ferrocarril San Juan de Marcona-Andahuaylas cuya longitud es de 560 kilómetros. La citada obra se encuentra en la etapa de formulación de los estudios de preinversión. Como podemos observar, las ventajas de los trenes sobre los buses y los autos son enormes. Es imperativo que el Estado se aboque en la construcción y consolidación de una red ferroviaria nacional.
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