A través de un pronunciamiento público, los obispos de la amazonía peruana se dirigieron a las autoridades del país para expresarles su preocupación por la expansión descontrolada de la minería ilegal en el territorio amazónico, generando un impacto ambiental y social negativo, especialmente entre los pueblos indígenas.

Precisan que dicha actividad viene desarrollándose en los ríos Marañón, Santiago, Huallaga, Nanay, Napo, Mazán, Curaray, Putumayo, Tapiche, Cenepa, Pachitea, Pozuzo, Yuyapichis, Inambari, Madre de Dios, Malinowski, Punkiri, Pariamanu, entre otros. Y anotan que esta expansión abarca 32 distritos amazónicos.

“De esta manera el Estado va perdiendo soberanía sobre sus propios territorios, ganados por la minería ilegal, cada vez más vinculada con otros delitos como la trata de personas, el narcotráfico, el tráfico de tierras y el crimen organizado. Esto genera un ambiente de inseguridad y violencia en las comunidades, siendo especialmente vulnerables las indígenas”, alertan.

Ante esta situación, los obispos de la amazonía condenaron “enérgicamente” la inacción de las autoridades estatales frente a este problema y pidieron que asuman su responsabilidad en la protección y preservación de la Amazonía, especialmente de los territorios indígenas.

También exigieron a las autoridades competentes que brinden protección efectiva a las comunidades afectadas por la minería ilegal y garanticen su seguridad, así como sus derechos territoriales y ambientales.

Asimismo, los instó a tomar medidas urgentes, entre ellas la implementación de un sistema de monitoreo permanente para detener la implantación de la minería ilegal en territorio amazónico. Además, los exhortó a elaborar un plan de desarrollo sostenible para la Amazonía con participación y protagonismo de su población; y a combatir enérgicamente los delitos asociados a la minería ilegal.

Aludiendo a este tiempo cuaresmal de reflexión y acción, hicieron un “llamado contundente para preservar nuestra Amazonía como tesoro especialísimo de nuestra Casa Común”. Manifestaron que como obispos en la amazonía peruana, escuchan la voz de Dios en el clamor de la tierra y el grito de los pobres, “y por ello reafirmamos nuestro compromiso indeclinable en la defensa de la vida y en la promoción de una ecología integral que garantice un futuro sostenible para las generaciones presentes y futuras”.

El pronunciamiento público es suscrito por los obispos Miguel Ángel Cadenas Cardo (Vicariato Apostólico de Iquitos), Alejandro Wiesse León (Vicariato Apostólico de Requena), Augusto Martín Quijano Rodríguez (Vicariato Apostólico de Pucallpa), David Martínez de Aguirre Guinea (Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado), Gerardo Zerdín Bukovec (Vicariato Apostólico de San Ramón), Gilberto Alfredo Vizcarra Mori (Vicariato Apostólico de San Francisco Javier), Jesús María Aristín Seco (Vicariato Apostólico de Yurimaguas) y José Javier Travieso Martín (Vicariato Apostólico de San José de Amazonas).