Equipo de investigación en Marcas II: arqueólogos Juanita Bohorquez y Rolando Marchán y acompañantes. El hombre Jaguar, de Marcas: binomio cuerpo del felino y cara humana.
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Por: Eucadio Gutiérrez Solano - Profesor/Periodista
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En los últimos años cerca de una decena de veces estuvimos en Marcas, anexo del distrito de Huachos, tratando de identificar nuevos petroglifos. Lo insólito del caso, casi el 50 por ciento de nuestra presencia en ese valle significó no lograr prácticamente nada. Decepcionados nos propusimos ir una y otra vez. Nos cuentan maravillas y hechos sobrenaturales, como el caso de “infiernillo” donde los cerros hablan y anuncian la llegada de las personas. Cuando fuimos a “infiernillo” nos dijeron que ya sabían de nuestra visita, porque los cerros les habían anunciado. Increíble. También nos refieren que hay cerros que encantan a personas como “Coricorneta o joricorneta”, ubicado al otro lado de Pocolay, anexo de Quilca.
Los misterios y referencias siguen. En Marcas estaría enterrado un fabuloso tesoro de oro y plata que tenía destino a Cajamarca, para el rescate del Inca, pero por un caso inexplicable la caballería que transportaba el metal precioso murió, quedando el oro enterrado. Hace poco nos decía Alejandro Patiño Gálvez, que unos gringos llegaron a dicho lugar, con camioneta de último modelo. Éstos con engaños desviaron a las personas del lugar y se dirigieron por los peñascos y construcciones antiguas. Un observador detectó que los gringos llevaban aparatos y equipos, y con un plano buscaban un punto estratégico. En horas de la tarde algunos pobladores solo encontraron una fosa y algunas muestras antiguas, mientras que los extraños visitantes desaparecieron inexplicablemente, no obstante de haber mandado preparar un almuerzo.
Nuestro informante dijo que hace una semana, un chofer cerca de Marcas, mató un perro negro. De regreso el conductor se paró para ver el perro muerto. No encontró ni siquiera señales. El chofer del taxi en los últimos días sintió dolor de cabeza y su cuerpo se iba adormeciendo. Se cree que el perro fue el “espíritu” de un cerro cercano de Marcas, y que si no se hace el “pagapu”, el chofer morirá, acotó el campesino.
En una edición pasada expresamos nuestra consternación de cómo los petroglifos de “Marcas II” habían sido destruidos por los constructores de la pésima carretera Chincha-Arma. Una de las piedras que ilustraba al típico poblador chinchano de la antigüedad: la mezcla del felino (Jaguar) y el hombre, se encontraba en Marcas, única reliquia arqueológica diseñada en piedra había sido criminalmente borrada por los sátrapas que asfaltaron la vía en complicidad con las autoridades.
Se habló hace mucho tiempo del “hombre-jaguar” de Chincha, pero sin pruebas. Después los huaqueadores lograron hallar tejidos en el valle de Chincha, al que tuvimos acceso para fotografiarlo.
Hace más de 5 años descubrimos accidentalmente los petroglifos de Marcas II, en la que aparecía perfectamente diseñado el “hombre jaguar”. Los petroglifos de Marcas I ya fueron estudiados y publicados por el cubano Antonio Núñez Jiménez. En tal sentido nuestra investigación se centró en los petroglifos de Marcas II., que es diferente.
Lamentablemente la primera figura del “hombre jaguar” -recalcamos- ha desaparecido. Los trabajadores del asfaltado de la carretera Chincha-Arma destruyeron la piedra principal sepultando así, la historia antigua de Chincha y de las regiones Ica y Huancavelica.
Felizmente en este último viaje, domingo 18, hemos detectado una nueva ilustración del “hombre-jaguar” de Chincha. Se ve con claridad el cuerpo del jaguar con cara humana. En el mismo lugar hemos ubicado el diseño de un inca, parecido a la ilustración de Huamán Poma de Ayala.
Lo extraño, sumamente extraño, es que los íconos de Marcas II, a veces no se observan y otras oportunidades no funcionaban nuestras cámaras. Es decir ha sido muy difícil hacer un estudio más detallado de los petroglifos de Marcas II. Algunas veces misteriosamente se ocultaban las figuras, dejando fuera de nuestro alcance. Otras veces las fotografías tomadas no aparecían... Así son los trajines de un trabajo de investigación.
Chincha y Castrovirreyna están en las puertas de su arqueología. Los petroglifos de Marcas nos dice que el hombre milenario de esa zona no fue un ser común y corriente, sino fue mucho más: aguerrido y valiente, jamás derrotado como los jaguares de la selva.
No queremos pecar de hacer alarde de nuestros hallazgos. Buscamos encontrar la verdadera raíz de nuestros ancestros. No especulamos. Hace más de 40 años que estamos recopilando datos de las fuentes arqueológicas, diseminados por la costa, los andes y la selva.