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El reto del envejecimiento en el Perú (costa, sierra y selva)

En el siglo XX, toda la humanidad ganó varios años de vida, pero es en Ogimi (Okinawa, Japón) donde las mujeres viven más y mejor; en los pueblos rurales de la Isla de Cerdeña (Italia) es el caso de los hombres.

América Latina en su conjunto es mayoritariamente joven, el reto para el futuro de todos los paises de la región es hacer que la población envejesca como las mujeres de Ogimi y como los hombres de la Isla de Cerdeña, es decir "felices como las perdices".
América Latina en su conjunto es mayoritariamente joven, el reto para el futuro de todos los paises de la región es hacer que la población envejesca como las mujeres de Ogimi y como los hombres de la Isla de Cerdeña, es decir "felices como las perdices".

 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho 

El reto del envejecimiento
“¿Qué es la vida? Un frenesí:
“¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción,
Y el mayor bien es pequeño;
Que toda la vida es sueño.
Y los sueños sueños son” (La vida es sueño, Calderón de la Barca)

 

Comparada con Europa, donde los habitantes mayores de 60 años son el 23,9% y con América del Norte, en donde son el 20,8%, América Latina y el Caribe es un Continente joven, donde un 11% de sus habitantes son mayores de 60 años; lo que no obsta para afirmar que está envejeciendo de manera acelerada y sin precedentes.

 

En tres décadas, la población de adultos mayores de 60 años en América Latina y el Caribe será similar a las de Alemania, Holanda, Suiza o Dinamarca; sin embargo “No todos los países envejecerán por igual”, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

En los anales de la medicina, antropología y periodismo se encuentran historias de personas de 80 años de edad con  niveles de capacidad física y mental similares a los de muchos jóvenes de 20 años; o la de   pacientes mayores de 70 años, que hace 5 años salían de un hospital francés más enfermos que cuando entraban, presentando una disminución de la capacidad funcional, debido “a las carencias en la atención que los pacientes habían recibido”. En el 80% de las situaciones, el problema era evitable.

 

El concepto de “Envejecimiento Saludable” verdaderamente es nuevo; en 2002 se hablaba de un “envejecimiento activo”; definición que fue revaluada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un Informe Mundial sobre Envejecimiento y Salud, ampliándolo al proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Esa capacidad funcional, es la que antes mencionábamos, cuando salió disminuida en un paciente mayor de 70 años en cierto hospital de Francia.

 

 

 

 

                      Según el replanteamiento del concepto de “Envejecimiento Saludable “de parte de la OMS, “envejecer de manera saludable no significa envejecer sin enfermedades”. Quiere decir, “ser capaz de hacer durante el máximo tiempo posible las cosas a las que damos valor”.                     

 

 

 

En realidad “no se ha debatido lo suficiente” sobre lo que implica el envejecimiento en general, pero sí que faltan profesionales en geriatría y gerontología, así como cuidadores que estén permanentemente en   formación académica. De parte de la sociedad en general, se sigue sin tomar conciencia acerca de la concepción equivocada que se tiene de las personas adultas.

 

Conforme a la OMS no existe una persona mayor “típica”. Es cierto que la mayoría de los habitantes en países de bajos y medianos ingresos no alcanzan a percibir una pensión por retiro, y es cuando a algunos de ellos se les empieza a mirar con lástima; encuadrándolo como una carga, catalogándolos como personas débiles. Ya no se nos ocupa en el ámbito laboral.

 

Hasta ahora algunas de las características de los programas gubernamentales en todo el mundo en beneficio de los adultos mayores, que suman 650 millones o más los mayores de 60 años, es de es su inaplicabilidad o enfoque de caridad; dejando de un lado la promoción del envejecimiento tanto saludable como activo.

 

Los responsables de formular políticas para los adultos mayores han debido desterrar hace tiempo esos conceptos anticuados que conducen a la discriminación de las personas mayores, muchas veces objeto de burlas en la red, cuestionando hasta porqué continúan viviendo.

 

Las mujeres de ciertos pueblos de la Isla de Okinawa (Japón), como es el caso de Ogimi, tienen la esperanza de vida más elevada del mundo.

Los pueblos del centro de la Isla de Cerdeña (Italia) cuentan con la mas grande cantidad de hombres centenarios.

 

Hoy y en el futuro próximo, esta comunidad de mayores tiene derecho a vivir en comunidades incondicionales; de hecho, ya funciona de parte de la OMS la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, que promueve entornos saludables para adultos mayores (facilidades para movilizarse, zonas de recreación y encuentros sociales), y cada vez son más los distritos, municipios y ciudades en el mundo que se unen a esa iniciativa.

 

Así debiera ser, señala el informe, que los mayores vivan en comunidades tolerantes; sin embargo, la realidad es otra algunas veces; “El maltrato de las personas mayores es un problema social mundial que afecta la salud y los Derechos Humanos de millones de personas mayores en todo el mundo y es un problema que merece la atención de la comunidad”, anota la OMS.

 

Desde ese punto de vista, se ve el envejecimiento o “años adicionales de vida” de la población como una buena y nueva oportunidad, tanto para las personas como para las sociedades. “Las personas mayores hacen aportes a la sociedad de muchas maneras, ya sea en el seno de sus familias, en la comunidad local o en la sociedad en general”.

 

 

 

 

                                             Aunque vivir hasta edades más avanzadas es una buena noticia, “el envejecimiento de la población trae consigo importantes desafíos en los sistemas de pensiones y de salud”, como  lo indica el  BID.                    

 

 

 

El sistema de salud para las personas   mayores debe transitar del modelo curativo imperante a una prestación de cuidados integrales.

 

Ahora bien, si las personas viven esos años adicionales de vida en buen estado de salud, su capacidad para hacer lo que valoran apenas tendrá límites en su propia imaginación.

 

Pero si esos años adicionales se caracterizan por la disminución de la capacidad física y mental, la cosa es a otro precio.

 

El marco político de la OMS propone cuatro políticas fundamentales para la respuesta de los sistemas de salud, y reconoce seis tipos de determinantes clave del envejecimiento activo, a saber, los económicos, los conductuales, los personales, los sociales, los relacionados con los sistemas sanitarios y sociales y los relacionados con el entorno físico.

 

El reto para los países de las Américas es que haya vidas más largas, activas y saludables. Para lograrlo, las prioridades son: promover la salud durante el curso de la vida, redefinir el envejecimiento, asegurar el acceso a la atención primaria en salud y a cuidados a largo plazo y crear ambientes amigables para personas mayores para fomentar su salud y su participación en la sociedad.

 

Actualmente, las Américas tiene 200 millones de personas mayores, casi el doble que, en 2006, y con más de la mitad viviendo en América Latina y el Caribe. Para 2025, el 69% de quienes nacen en Norteamérica y el 50% de los que nacen en América Latina vivirán más allá de los 80 años.

 

En el Perú el año pasado fue radicado un proyecto de ley en el Congreso de la República que clasifica los adultos en Personas de la Tercera Edad cuando tienen entre 60 años a 79 años y Personas de la Cuarta Edad cuando tienen 80 o más años.

 

Día a día, al menos en los últimos cinco años, los peruanos adultos mayores son más en relación con la población total. Las personas adultas mayor (60 años a más) que en 1975 representaban el 5.6% de la población total del país, pasarán a representar el 10.8% el año 2020 y el 21.3% en el 2050. Dicho de otro modo, el Perú de tener de 843,213 personas adulta mayor hace 45 años tiene más de 3.5 millones en la actualidad, proyectándose que para el 2050 llegaría a más de 9 millones. Los que más sufren son los adultos que viven en zonas que no han sido censadas por las autoridades catastrales, lo que impide que se beneficien de los programas oficiales en su favor.

 

@luforero4

 

 

 

 

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