El rey Momo recibió hoy las llaves de Río de Janeiro de las manos del alcalde carioca, Eduardo Paes, con lo que se declaró abierto el carnaval, cinco días de fiesta y desenfreno en esta ciudad brasileña. La tradicional ceremonia de la entrega de las llaves, que simboliza el inicio oficial del carnaval, tuvo lugar en el Palacio de la Ciudad, la sede de la Alcaldía de esta ciudad, que de inmediato se zambullió en el ritmo frenético de la samba con el que bailarán millones de brasileños en los próximos días.
"Que renazcan la espontaneidad y la alegría, aunque con responsabilidad", afirmó el rey Momo antes de declarar abierto el carnaval, poco después del medio día, bajo un sol implacable velado por una lluvia de confeti y papel picado. Como manda la tradición, el rey Momo -cuyo nombre es Wilson Dias Costa Neto- es un negro, bonachón, gordo y corpulento, aunque con los pies ligeros para bailar al ritmo furioso de la batería (orquesta de percusión), en este caso, de la escuela de samba Unidos da Tijuca, la campeona del carnaval del año pasado.
En el momento álgido de la ceremonia, el rey Momo bailó ardorosamente con la reina del Carnaval, Clara Cristina Paixão de Oliveira, que estaba en un vestido de encaje blanco y brillantes engastados, a juego con su diadema. El frenesí de los movimientos de cadera de la reina del carnaval fue tal que se rasgó la costura del vestido de la soberana a la altura del arranque de la espalda.
La ceremonia tuvo numerosas alusiones al 450 aniversario de la fundación de Río de Janeiro, que se conmemora el próximo 1 de marzo, y la fecha fue estampada incluso en la corona de Momo, en banderas y en la ropa de las autoridades presentes. Tampoco faltó la presencia ya tradicional de la Cofradía do Garoto (joven), formada por trece hombres entrados en canas, vestidos con delantal blanco y bombín negro, que desfilan los viernes 13 con un ramo de ruda para espantar la mala suerte.
Aunque la entrega de las llaves al rey Momo se realiza prácticamente a puerta cerrada, sólo con la presencia de la prensa, el efecto es prácticamente inmediato, pues a esa hora ya comenzaban a tomar las calles los "blocos" más madrugadores, como se conocen en Brasil a las bandas de música callejera.
En todo el carnaval de Río está previsto que salgan a las calles cerca de 450 "blocos", algunos de los cuales no pasan de fiestas casi familiares y otros arrastran multitudes que pueden sobrepasar un millón de personas. Pero el momento más esperado del carnaval son los desfiles de las doce escuelas de samba del Grupo Especial, cada una con cerca de 4.000 bailarines y varias carrozas, que se celebrarán las noches del domingo y del lunes.