En OPINIÓN LIBRE |

'El tiempo', un relato de Lauro Saldaña Gutiérrez

El cielo, era siempre fantástico observarlo, sobre todo en las noches de verano, con cielo despejado, cuando mi padre me ordenaba regar las chacras de alfalfa por la noche.

En 1980 llegue a estudiar la secundaria en un colegio nacional, situado en un pueblito de la sierra (Tantará). Uno de esos pueblitos como muchos de la zona, perdidos entre las montañas y olvidados por el gobierno central.

En 1980, en primer año de secundaria, por primavera vez, que yo recuerde, me enseñaron el curso de Geografía. Allí tome conocimiento del concepto de la tierra y el sistema solar a la que pertenecemos.

A mi siempre me ha llamado la atención el cielo y las estrellas, no se porque tengo siempre en mis ideas y pensamientos  ese misterioso y lejano lugar. Era y es, siempre fantástico observarlo, sobre todo en las noches de verano, con cielo despejado, cuando mi padre me ordenaba regar las chacras de alfalfa por la noche.

Allí en la chacra, tumbado sobre la alfalfa, observaba el cielo. Claramente podía distinguir y reconocer las distintas ubicaciones, posiciones y órdenes de las estrellas, planetas y cometas. Allí estaban las estrellas formando la cabeza del arado, el ojo de la llama, la cruz del norte, la estrella del alba, etc. Y con suerte, en algunas noches afortunadas divisaba fugazmente el paso de algún cometa, o algún planeta surcando los cielos como una gran nave espacial.

En ese entonces, en ese momento y hasta ahora, para mi el cielo es un lugar muy misterioso. Debido a que en ese entonces, por una parte, mi madre me decía que allí se encontraba el paraíso, los ángeles, las vírgenes, el niño Jesús y Dios que era el creador de todo esa maravilla. Por otra parte, en el colegio, me enseñaban que el mundo, que la tierra era casi redonda, que gira en un movimiento de traslación alrededor del sol y se mueve sobre su propio eje en un movimiento de rotación, que gracias a eso existía el día y la noche y que quizás nosotros y todos los otros seres vivos somos resultados de la evolución a lo largo de miles y millones de años.

Y reforzando todo estos conocimientos, estaban mis lecturas de la Santa Biblia. Que duda cabe es un libro maravilloso, que no solo te educa en el temor a Dios y sus principios, sino que también te alecciona en los principios elementales de la ética y los buenos valores, para una mejor convivencia, dentro de una sociedad acorde a aquellos tiempos.

Así era y así es, hasta ahora en muchos hogares, la familia te dice, te educa, te convence diciéndote que todo lo que existe es gracias a Dios, que el lo creo todo en 7 días. Que al hombre lo hizo de barro y gracias a su soplo divino le dio vida. Que siempre había que estar muy temeroso de el, porque el lo ve todo, nada se le escapa. Premia y castiga a su entera voluntad.

No estoy en contra de esta filosofía, la respeto, como respeto a las personas que lo predican.

En 1980 llegue a ese pueblito procedente de la ciudad, donde había estudiado toda la primaria. De mis estudios primarios solo recuerdo a la profesora Carlota. Ella claramente contrastaba con el común de los lugareños. Era alta, rubia, de exuberante anatomía, nos hicimos amigos. Que no daría yo en ese entonces por estar en su regazo.

Ella siempre me escuchaba y le gustaba hablar conmigo. Jamás me regaño cuando yo me hacia la vaca y no iba a la escuela. Lo que siempre me hacia, como castigo, era sentarme junto a ella en su pupitre y allí me dejaba leer siempre un libro distinto. A ella no le importaba que yo no atendiera la clase. Solo siempre al final de la clase me preguntaba si me había gustado el libro y me hacia preguntas. Siempre salíamos juntos de la escuela y mientras caminábamos conversábamos de todo un poco.

En la época de la primaria lo que yo quería era pasarla bien, lo que quería era jugar, vivir feliz y que mejor si jugando aprendía mas o quizá algo mas sobre la vida, sobre la forma como funciona el sistema social.

Por un lado estaba mi madre y el resto de mi familia en casa diciéndome y enseñándome todo el tiempo a ser temeroso de Dios, a no mentir a no robar a ser obediente. Todo menos a ser tú mismo, todo menos a tomar tus propias decisiones, todo menos a decir sin temor lo que se piensa, sin importar si en ello te equivocas o incomodas a alguien. Claramente se sabe que de los errores es cuando mas se aprende.

Por otro lado estaban mis profesores que lo único que hacían era agarrar un libro, leerlos en voz alta para que todos le escuchemos, luego hacían algunas preguntas de comprensión. Finalmente nos dejaban como tarea, unos cuestionarios a responder y aprenderlos de memoria para el día de examen. Esa era más o menos la forma como se educaba en ese entonces.

Yo me sentía un bicho raro, la verdad allí en medio de esos dos sistemas de enseñanza, por un lado las de mi madre y mi familia y por el otro lado la de mi colegio y profesores. El problema para mi, era pues que yo a esas alturas de la vida había leído un montón, gracias a mi profesora Carlota había descubierto el habito de la lectura y con ello descubrí un mundo distinto, fascinante y a la vez misterioso.

En la época de la primaria, tuve la suerte de encontrar en la casa de un tío, que era abogado, una especie de biblioteca abandonada. Allí encontré los libros de Julio Verne y su obra Viaje al centro de la tierra, a Walter Scoot y sus escritos sobre la edad media, la revista americana de Reader's Digest o mas comúnmente llamada selecciones y sus famosas secciones de La Risa, Remedio Infalible o sus famosas colecciones de chistes, anécdotas y citas, su sección de Así es la vida; que contaban aspectos interesantes y divertidos de la vida. Allí también estaban Ciro Alegría, Abraham Baldelomar, Cesar Vallejo. Emilio Salgari y su obra Sandokan, un mundo fascinante de aventuras, intrigas y peleas al lado de Los Tigres de Malasia. Mark Twain con Las aventuras de Tom Sawyer. Entre otros. Esa biblioteca de mi tío fue el lugar donde pase los mejores momentos de mi vida, sin lugar a dudas, allí podía estar metido aun sin comer todo el día, sin importarme la escuela ni nada.

Entonces cuando llegue a ese pueblito, ya podrán imaginarse, yo era un niño que tenia una mente afiebrada, enloquecida, alucinante a los ojos de mis compañeros.

En esa época de la secundaria, durante los 5 años que duro mis estudios secundarios; allí se acabo todo para mí. No habían libros, los pocos que habían ya me los había leído ya no eran novedad para mí. Recuerdo bien que mi padre tenía sus chacras en un anexo del pueblo, distante a unos 3 kilómetros camino abajo. Allí en esa casa de campo, encontré un libro, uno grande y gordo de más o menos 800 hojas y mas, hojas muy delgaditas y letras pequeñitas. Era la Santa Biblia. Ese libro me lo leí y releí todo, durante las largas jornadas de pastoreo del ganado que mi padre poseía.

La verdad es que cuando termine  de leer la Biblia, quede realmente muy atemorizado, creía que de hecho lo que a  mí me correspondía era irme al infierno, reunía todos los atenuantes para ello. De hecho era imposible para mi, ganarme un lugar en el paraíso: Siempre estaba deseando a la mujer de otros, era muy propenso a la gula y otros vicios. Aunque siempre sabía disimularlo muy bien. Casi, Casi estuve a punto de no cortarme el cabello y hacerme crecer la barba.

Allí conocí mejor Dios, a Job y su santa paciencia y a dios como su gran torturador. Conocí a Salomón y su infinita sabiduría dada por Dios, pero aun así falible al pecado, a Jesús y sus apóstoles incrédulos, a los reyes de esas épocas, etc.

Curiosamente lo que más llamo mi atención, fue cuando leí el génesis, y el comienzo del tiempo y de todo. Fue en ese momento que, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, me surgieron varia interrogantes, como por ejemplo ¿Que había antes del inicio del tiempo? ¿De donde había salido Dios? ¿Es que estaba solo en medio de la nada?, ¿Dios tiene familia? Preguntas que hasta ahora no he podido encontrar respuesta clara.

Cuando termine de leer la biblia, toda la gente del pueblo me parecían unos miserables, seres afilados, de doble moral. En ese entonces no me parecía pues que el cura no cumpla con los sagrados mandamientos de la ley de Dios.

En ese entonces no podía comprender como la gente, en su gran mayoría católicos, se santiguasen y se golpeasen el pecho durante la misa, pero ni bien salían de allí, estaban hechos, renovados al pecado. Yo no entendía esa doble moral, no es que no entendía, creo que lo que pasaba era que no lo podía asimilar.

En esa época fue que me volví un incomprendido, un renegado y esto se acentuó cuando llegue a la universidad. En la universidad, durante mis estudios de ciencias, los profesores, la mayoría de ellos eran especialistas. Especialistas en llenar la pizarra de unas formulas y ecuaciones y teoremas y notas a una velocidad asombrosa. Lo peor o quizá lo mejor era que ni bien terminaban de llenar la pizarra allí mismo comenzaban a borrarla y a seguir escribiendo y llenándola de formulas. Uno no sabia si atender a lo que hablaba el profesor o a competir con el para ver quien escribía mas rápido.

Obviamente yo no estaba preparado para aprender bajo ese método, no señor, no iba yo a estar pasándome la vida memorizándome formulas y teoremas para sacar un titulo y gracias a eso ganar plata. Cosa que en ese entonces, ningún titulo era garantía de que ganarías dinero.

Uno llega todo provincianito a la vorágine de la ciudad, a la selva de cemento, con el tipo de educación que recibiste. Bueno pues, cuando estas en la ciudad nada de eso sirve, todo eso es una mentira una falacia. Aquí los verdaderos triunfadores, los verdaderos exitosos son los oportunistas, los que manejan la información, los que se aprovechan de las leyes, los burócratas y toda la sarta de corruptos que manejan los presupuestos del estado entre otros.

Quizá, debido a esta forma de educación que recibimos, sea que la mayoría de profesionales que conozco, sean profesionales que solo estén preparados para acatar ordenes, para seguir los procedimientos tal cual, escasos de criterio propio y con muy poca capacidad de emprendimiento. No estoy diciendo que sean malos profesionales, lo que quiero decir es que creo la educación que recibimos sea el problema. Bueno, eso es lo que creo.

En 1990, ya en la universidad, conocí entre otros, a quienes hago continuo seguimiento, sobre los estudios de Albert Einstein y su famosa Teoría de la Relatividad. Un concepto nuevo y fascinante para mí, sobre lo que significa el tiempo, la velocidad, la gravedad, la masa y el volumen. Allí también encontré los estudios de Stephen Hawkins y su famosa teoría del  big bang, un estudio sobre el comienzo del tiempo y la formación del universo.

Bueno, a lo que quiero llegar, es al punto de que si en ese entonces en 1980, en 1990, en los centros de estudio, poco o casi nada se estudiaba sobre las teorías de Albert Einstein, teorías que los dio a conocer en 1916. Mucho menos se sabían sobre los estudios de Stephen Hadwing y su teoría sobre el inicio del tiempo que fue publicado en 1988.

Hace poco, conversando con unos jovencitos de la secundaria, me sorprendió realmente que ninguno pudiese explicar o tener alguna idea más o menos clara sobre los estudios de Einstein y Stephen. Luego he conversado con estudiantes universitarios, y si bien es cierto conocen sobre las ecuaciones de Einstein y los principios de su teoría. No saben casi nada sobre los estudios de Stephen acerca de la fusión de la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica y el movimiento de las partículas.

Esto me llama la atención, porque a pesar de lo mucho que el Perú ha avanzado en las comunicaciones, la juventud parece que no avanza a la par.

A la gente le cuesta informarse, le es difícil entender del porque de tanta corrupción, del porque del baño de sangre en el medio oriente, del porque de las matanzas en EE.UU. del porque en estos últimos tiempos no hemos vueltos absolutamente intolerantes. Esto se puede ver con mucha frecuencia en nuestra sociedad, en nuestros propios hogares. Basta que alguien tenga una voz disonante para que silben las balas.

Antes, las guerras eran por encontrar la igualdad en las distintas sociedades. Ahora ha cambiado, ahora las guerras son porque se reconozcan las diferencias. Puedo imaginar, a toda esa gente del medio oriente, gente que ha sido educada durante toda su historia siguiendo los principios de sus sagradas escrituras. Esa gente esta convencida de estar en lo cierto y defenderá con su vida sus creencias.

Pero la gente que ha sido educada, por decir, en Europa o mas precisamente en Londres, en su mayoría son personas que conocen de esta filosofía y además entienden perfectamente los estudios de Einstein y Stephen. Entonces según su entendimiento pueden discernir o entender mejor sobre lo que significa la influencia de la religión y la ciencia para desarrollar sociedades mas adelantadas, con instituciones más fuertes en el respeto de la ley, y de las diferencias.

En EEUU se respetan todas las ideologías, hay un clima de tolerancia y respeto por las diferencias. EEUU es un país donde nunca su congreso ha hecho cambios en su constitución, donde nunca habido un golpe de estado, donde los jueces, fiscales y policías son respetados por los ciudadanos. Entonces la pregunta que deberíamos hacernos es ¿Cómo lo hicieron?, la respuesta esta en su tipo de educación. Uds. Que creen, que el presidente Obama, un buen día se despierta iluminado y quiere re reelegirse, para lo cual tendría que hacer cambios en la constitución de Washington. ¿Creen que lo haría? Pues no.

En EEUU si un medio de comunicación “ataca” al presidente de la republica, le realiza investigaciones sobre su gestión. Este presidente, no se va contra ese medio, no va y lo clausura o lo atemoriza con su poder. Actúa diferente. Si ese medio periodístico le llama para hacerle una entrevista ese político va, le concede la entrevista. Entonces de esa manera gana la sociedad, gana el político y gana el medio de comunicación.

En EEUU o en cualquier país europeo los políticos generalmente son profesionales o empresarios exitosos, destacados dentro de su sociedad por su inteligencia y liderazgo. Ni que hablar sobre su educación, personas que nunca han estado al margen de la justicia. Personas, en su gran mayoría, con principios solidos sobre la familia y la sociedad.

En nuestro país, la mayoría de los políticos, con muy pocas excepciones, son generalmente en su mayoría, personas sin escrúpulos, con valores propios de la educación que tuvieron. El congreso es una fauna, animales de rapiña, sin principios. La mayoría son abogados o quieren o están camino a ello. Lenguaraces, buscapleitos y expertos en sacarle la vuelta a la ley.

En los pueblitos de la sierra, en esos pueblitos olvidados, perdidos entre las montañas, la mayoría de sus Alcaldes se eligen con triquiñuelas, ninguno posee una educación acorde al cargo. Los profesionales encargados de administrar los presupuestos de las municipalidades lucran con ese dinero a través de prebendas, sobrevaloración de compras y diezmos por obra o proyecto.

Quizá se estén preguntando a que viene todo esto. Adonde quiero llegar es a decirles que debemos saber escuchar a los que mas saben, que debemos saber reconocer nuestros defectos, sin complejos ni nada. Ser tolerantes entre los que piensan diferente, decir lo que se piensa, sin temor a nada ni nadie.

Lo que quiero decirles, es que debemos cultivar el hábito de la lectura, educarnos siempre, que es bueno para todos conocer las distintas religiones y sus reglas así como también conocer los últimos avances de la ciencia. Todo en esta vida esta cambiando; la única constante de esta y otra vida, es el cambio. Lo que quiero decirles es que el inicio del tiempo no es cuando se creo la tierra los animales y las plantas. Así como el final del tiempo no será cuando se destruya la tierra los animales y las plantas. Es seguro que el tiempo aun durara varios cientos de miles y millones de años más.

Me gustaría que todos podamos comprender los misterios del universo y la vida, entender lo que significa el tiempo y a partir de allí entender el universo.

Como a partir de que alcancemos la velocidad de la luz, podremos viajar entre el pasado y el futuro. Podremos viajar y conocer otros mundos y formas de vida diferentes. A darnos cuenta que el universo tiene inicio y fin, solo esta creciendo, como una gran explosión, colisionando entre si y, como resultado de esto formando nuevos planetas y nuevas formas de vida. A estar consiente que la tierra es como un grano de arena dentro de este gran universo. En consecuencia nosotros somos como microorganismos dentro de este gran sistema. Invisibles quizá, hasta ahora, a los ojos de otro tipo de vida.






 
Compartir:
whatsapp facebook twitter email
copiar

SUSCRÍBASE AL BOLETÍN DE HUACHOS.COM

Recibe las últimas noticias del día

Su Nombre Completo
Correo Electrónico


TE PUEDE INTERESAR
Escribe tu comentario