Por: Eucadio Gutiérrez Solano
Según las “investigaciones” hechas en nuestro tiempo, el Usno, de Vilcashuamán fue construido para la ubicación del inca y de su esposa, la coya. En cuanto a la construcción del Usno, existen 2 versiones. La primera cuestión apunta: 1) El iniciador de su admirable construcción fue el inca Pachacutec; que se complementa con la segunda versión: 2) Los continuadores de la construcción del aposento arqueológico los incas: Tupac Yupanqui y Huayna Capac, cuya edificación habría demorado 100 años: 1400-1500 d. C. (Arqueología del Perú).
Ahora, con respecto a que el
USNO fue construido para que el Inca y la Coya presidan las ceremonias oficiales -como se esboza- no tendría tanta consistencia histórica, y habiéndose dogmatizado esta teoría, se conceptúa cual una Biblia, hasta el momento, que esas sillas de piedra eran para el uso del Inca y su esposa.
De acuerdo a nuestra observación y análisis, preliminar, el Usno fue construido ex profesamente para que se sienten los 2 emperadores del Perú antiguo: el Inca y al soberano de Chincha. Nuestro punto de vista incomodará a muchos teóricos que ya tienen una posición definida. Se puede analizar desde diversos ángulos la finalidad y la construcción del Usno de Vilcashuamán. A nuestro juicio no fueron 2 sillones para la exhibición del Inca y su esposa, sino –recalcamos- fueron los asientos de los monarcas de Chincha y del Cuzco. Cabe citar que en aquellos tiempos se estaba en permanente guerra y el inca, además, no solo tenía una esposa sino muchas. Nos falta hurgar mucho más. Es el inicio de nuestra tesis. Advertimos ni si quiera en Sacsayhuamán, menos en Incahuasi (Huaytará) se observan este detalle, con características propias, siendo uno de los pilares de nuestra teoría.
Concluimos, que las 2 sillas de piedra, ubicadas en la parte alta del monumento arqueológico; han sido hechas exclusivamente para los 2 emperadores del Perú milenario: a) Para el
emperador del Chinchaysuyo, el último: Hatunca Chumpiauca, b) Para el monarca del Cuzco: Atahualpa, mencionando desde luego a los 2 últimos reyes del Perú tahuantinsuyano.
Hatunca Chumpiauca y Atahualpa, ubicándose en estas 2 sillas, presidirían, sin duda, las ceremonias oficiales programadas o realizaban sus informes. La permanente acción militar requería con urgencia el aporte y participación del rey de Chincha, catalogado como el combatiente inclaudicable y feroz, fiel a su linaje de ser descendiente del jaguar, y proveniente de lejanas tierras: Chinchaycocha, tras salir de Chavín.
En Chincha, hablando de todo el contexto costeño y andino, los Chinchas se convirtieron en mercaderes y navegantes más famosos del continente prehispánico, llegando a “escribir” los petroglifos de Huancor, que encierra la historia milenaria de Chincha.
¿Esta tesis es una visión antojadiza, chauvinista o demasiadamente empírica? Puede ser, pero las fuentes existentes nos conducen a reforzar más nuestra posición conducente a rescatar y revalorar la verdadera historia de los invencibles Chinchas. Movemos un poco el piso de los investigadores, tras 43 años de investigación, reuniendo rompecabezas, y, sobre todo, luego de haber recorrido gran parte de los lugares donde ha estado el monarca chinchano, cuyos restos arqueológicos son testimonios evidentes de la grandeza de los Chinchas. Se trata de un aporte mínimo para la generación venidera. No somos partidarios de temas refritos.
Descendientes del gran monarca chincha Hatunca Chumpiauca.