El Palacio de Castel Gandolfo está a pocos minutos en helicóptero del Vaticano y es la tradicional residencia de verano del Papa. Sus temperaturas más frescas y las hermosas vistas del lago Albano son algunas de las ventajas que convierten este lugar en ideal para pasar el verano.
El palacio fue construido en la primera mitad del siglo XVII, durante el papado de Urbano VIII, y durante más de 200 años ha sido usado por casi todos los pontífices.
Esta tradición se interrumpió en 1870 con la disputa entre Italia y el Vaticano. Fue a partir de 1929 cuando la Santa Sede adquirió oficialmente los terrenos del palacio y algunas propiedades más. Desde entonces, se ha convertido en la residencia vacacional de casi todos los Papas.
Castel Gandolfo ha sido testigo de importantes eventos. Por ejemplo, la encíclica “Summi Pontificatus”, firmada por el Papa Pío XII el 24 de agosto de 1939. La zona alberga también el Observatorio Astronómico Vaticano.
En la Segunda Guerra Mundial, el Vaticano escondió a judíos que buscaban refugio. Decenas de niños nacieron dentro del palacio durante el conflicto.
El Papa Juan Pablo II pasó largas temporadas en Castel Gandolfo, y Benedicto XVI veranea también allí. De hecho, ha habido Papas que han fallecido en este mismo lugar. El más reciente, el Papa Pablo VI en 1978.
Sin embargo, el Papa Francisco ha preferido romper con esta tradición. Durante su pontificado ha visitado la residencia en cuatro ocasiones, pero en ninguna de ellas ha permanecido más de un día. En su visita a Benedicto XVI, el mismo Francisco reconoció que prefería estar en el Vaticano porque para él descansar es simplemente cambiar de actividad.
Dentro los visitantes podrán conocer la famosa Galería de los Pontífices. Allí se exponen los retratos de los papas de los últimos 500 años, comenzando por Julio II, quien encargó a Miguel Ángel pintar el techo Capilla Sixtina, hasta Francisco.
La silla gestatoria, donde el Papa era llevado a hombros en las celebraciones solemnes hasta que Juan Pablo II la cambió por el papamóvil.
El patio interno donde descansa este BMW también utilizado por el papa polaco para desplazarse a Castelgandolfo, o los bellos jardines pontificios, donde acostumbraba a pasear Benedicto XVI.
La residencia de Castelgandolfo es un edificio lleno de memorias sorprendentes, como la historia de las miles de personas que Pío XII acogió durante la persecución nazi de la II Guerra Mundial.
Las puertas de la residencia papal de Castel Gandolfo y sus jardines sólo se podrán visitar los sábados hasta diciembre, aunque es posible que decidan ampliarlo.
Para visitarlos desde Roma habrá que dirigirse a los Museos Vaticanos y decidir entre una visita corta y otra larga. La visita corta cuesta 16 euros máximo y sólo se visitaría el palacio de Castel Gandolfo. La visita larga son 40 euros pero incluye los Museos Vaticanos y los jardines. En ambos casos el desplazamiento desde Roma a hasta la villa se hará desde la estación de tren que hay dentro del mismo Vaticano. Las reservas se podrán hacer online desde la web de los Museos Vaticanos.
Recibe las últimas noticias del día