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La prensa peruana causante de la eliminación del Perú, porque creó una falsa imagen de la triste realidad futbolística nacional. La muestra es la humillación del fútbol peruano cuando Alianza Lima perdió por 8 goles a 1 ante el Ríver Plate, de Argentina, donde Julián Álvarez anotó 6 goles.
Increíble pero Cierto. La presencia de Gareca solamente fue el calmante, pero los periodistas peruanos la endiosaron, no obstante, de la desastrosa situación que afrontaba el fútbol inca. La era Gareca tuvo un aceptable avance en lo psicológico, son su lema, “pensad peruano”. Debe saberse que la técnica es individual, no se aprende en un salón de clases. El adiestramiento es complementario a lo que el deportista innatamente posee. Gareca no hizo milagros. Su trabajo consistió en educar y que los jugadores tengan técnica colectiva.
En eso fue un gran maestro. Más allá no podía hacer nada. El fútbol peruano estaba metido en la corrupción, licor y mujeres, bajo la complicidad de ex futbolista de la selección, cuando llegó Gareca. Además, la periodista Magaly Medina corrió la peor suerte por denunciar la corrupción. Los jueces mafiosos, supuestamente, fueron por los dólares. encausando a Magaly Medina. Aplaudida por la prensa mercenaria, dañina para la nación.
La prensa peruana, cortada con una sola tijera, fabricó ídolos, jugadas, en una palabra, engaño que “Perú puede ser campeón del mundo”, por estar a la altura de Brasil, Argentina. De ese modo, creó y manipuló la identidad de 33 millones de fanáticos. Que, desde varios días antes del compromiso, todo el día, se dedicó al deporte, entusiasmando a los peruanos que el Perú ganaba, a todas luces, a Australia, en Catar, clasificándose para el mundial. Un sueño fuera de la realidad.
Las estrellas Cueva y Lapadula no brillaron, más allá de lo normal. Fueron uno más de la cuenta. Lapadula y Cueva son efectivos en la anotación del gol, teniendo la oportunidad, pero son poco creativos y generadores de peligro. Lapadula es un jugador oportunista con shot preciso. Si no tiene la oportunidad apenas contribuye en algo. Los 2 dioses de la prensa no produjeron milagros, ni el griterío de los aficionados se encaminaron hacia el gol. Los fanáticos que llegaron a Catar gastando sus recursos para ver según ellos a la selección ganadora que, durante 120 minutos, no hicieron goles demostrando que fue menor que la selección australiana, equipo sin mayores recursos, pero que se defendió como pudo.
Ahora esa prensa fomentadora de odios y creador de dioses de barro llora diciendo “llanto, dolor sufrimiento” … “30 millones, con corazones rotos”, cuando de antemano se preveía que la selección peruana tenía poca posibilidad de clasificarse. Pero para la prensa y sus críticos todo estaba fácil, haciendo comparaciones y deducciones. La selección de 1979 con Didí fue otra, de calidad, individualidad y pundonor. Fueron disciplinados. No se trata de echar la culpa a tal o cual jugador.
Es nuestra realidad futbolística. Ya sabemos que en penal cualquiera puede fallar. Leonel Messi, Ronaldo… han fallado. Ha habido 120 minutos para hacer gol y no lo hicieron. El olmo no da peras. Para una competencia mundial, hay que preparar a jugadores grandes. En la copa sudamericana, Conmebol, el Perú no tiene presencia que aplaudir. Equipos pequeños fueron ganadores, no este año, sino desde varios años.
En suma, no podemos soñar todos los años. No debemos esperar milagros y la llegada de la suerte. Tenemos que hacer una revolución deportiva en el Perú, buscar el surgimiento de nuevos valores, que hoy lamentablemente se llora por haber sido eliminados. Hay que prepararse para las futuras competencias mundiales. Si Alianza perdió 8 goles a 1, y estamos mal ubicados en la Conmebol, entonces algo sucede en el deporte peruano. Seguiremos.
NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de su autor. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com
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