Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho

El Pleno del Congreso de transición después de negar la conformación de una comisión especial que se propuso para que investigara los posibles efectos positivos o negativos del dióxido de cloro en seres vivos, así como en el contexto de la pandemia de la COVID-19, ha dado vuelta atrás de un momento para otro saliendo a defender a los cuatro vientos el dióxido de cloro como “remedio”, que de manera alguna tiene efectos positivos en la salud de los seres humanos.

Con toda seguridad en las casas de los congresistas usan un producto que en algunos países se pide como cloro, de nombre científico Dióxido de cloro, se utiliza para desinfectar superficies, incluso para ropa.  Igualmente, el cloro se emplea en plantas públicas de tratamiento de agua, en bajas concentraciones, para la potabilización del recurso hídrico; como blanqueador en la fabricación de papel, así como en el proceso de descontaminación de construcciones; pero esa sustancia química jamás se debe emplear para los humanos.

Pese a esa advertencia, la misma que debieran contener los envases de cloro acerca de los graves efectos adversos que tiene en las personas, equívocamente en algunas partes desde hace un tiempo lo vienen aconsejando para tratar problemas de salud, lo cual es errado. Se sabe que lo recetan para los “fuegos” que aparecen en la boca.

Desde el 1º de agosto del año 2020, la OPS (La Organización Panamericana de la Salud) advirtió “sobre los peligros del uso de productos de dióxido de cloro y sus derivados para ser consumidos o inhalados como supuesto tratamiento contra el COVID-19.”

Enfáticamente un vocero de esa Organización   indicó que “No debemos utilizar estos productos. Es una recomendación para todos nuestros países porque no existe ninguna evidencia científica, y ha habido reportes de intoxicaciones y situaciones adversas que no queremos”.

El cloro por ser tan tóxico  puede provocar, así solo se inhale, irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, náuseas, vómitos,  diarreas, neumonía,  esto es, graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemolisis, etc.), cardiovasculares,  y renales; “y otra serie de eventos”, incluso la muerte.

En el Perú y en todo el mundo; el dióxido de cloro y sus derivados se ofrece y vende en línea como “pan caliente”  supuestamente en  tratamientos médicos “milagrosos”, engañando con productos fraudulentos y nocivos, como remedio para la COVID-19, el autismo, cáncer, VIH/SIDA, hepatitis y la gripe, entre otras. Uno de esos menjurjes es “Miracle Mineral Solution”, que se ofrece en EE. UU., advirtiendo de parte de La FDA (La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU.)  a Genesis II Church of Health and Healing, “por vender productos de dióxido de cloro que afirman fraudulentamente que pueden tratar o prevenir el COVID-19 en adultos y niños.”

Se desconoce qué  lobby, intrigas  o chanchullos están detrás de la vehemente defensa que del cloro se hace como cura para la COVID-19, o qué presunto beneficio ocultan, posiblemente porque ellos o sus familiares tienen intereses económicos en el sector de químicos o del comercio de ese producto. En el interior del Pleno se sostuvo que “habría intereses ajenos a la salud pública.

@luforero4