Fatídico. El retorno a la democracia después del conflicto armado interno de los 80,90 y la dictadura fujimorista prometía escenarios venideros menos catastróficos.
Pasó todo lo contrario: sin contar al presidente de la transición, Valentín Paniagua, todos los jefes de Estado fueron o siguen siendo investigados por el Ministerio Público y ahora, tres de ellos podrían compartir prisión. La reciente extradición de Alejandro Toledo por los presuntos ilícitos de colusión y lavado de activos posibilitaría su encuentro en el mismo espacio con Pedro Castillo y Alberto Fujimori.
Construido especialmente para recluir al perpetrador de delitos de lesa humanidad, el penal de Barbadillo (Ate) sería el centro penitenciario donde se reunirían. Fujimori paga condena por las masacres de Barrios Altos y la Cantuta, mientras que Castillo Terrones se encuentra preventivamente como reo por los supuestos delitos de rebelión y conspiración.
Este medio de comunicación consultó con el abogado penalista Andy Carrión sobre la posible coincidencia de los pasados mandatarios. El experto cree "altamente probable que Toledo sea derivado al penal de Barbadillo". Una vez repatriado, debe apersonarse a la diligencia de identificación ante el Poder Judicial. "Mientras eso sucede —continúa Carrión— el INPE debe decidir a qué penal lo derivan".
En efecto, el Instituto Nacional Penitenciario del Perú se basa en criterios como la peligrosidad del reo, gravedad del delito y la seguridad del propio preso para sus determinaciones en el direccionamiento.
Otra evidencia sirve para sustentar la presunción. Barbadillo fue edificado exclusivamente para el exdictador Fujimori por su mermado estado de salud. Si Toledo Manrique finalmente no es recluido allí, se demostraría que el padre de Keiko Sofía pudo cumplir condena en otro inmueble.
Fuente: La Republica
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