Por: Eucadio Gutiérrez Solano   Profesor/Periodista

Un grupo de "periodistas" sin capacidad mental vienen atentando contra la dignidad de los profesores. Parte de personajes que fungen saber mucho pertenece a Frecuencia Latina que, en un tiempo, estuvo cuestionado por supuestos vínculos con actos de corrupción y compra de conciencias.

Eso no es el asunto. El tema central, los profesores están en huelga y cada “periodista” expresa su opinión. Las conjeturas que se dan rebasan los límites de la libertad de prensa y contrastan con la verdad. Ahora, cualquier sujeto es comentarista, y mete su cuchara, demostrando ignorancia. En el fondo se observa la intención de dañar la imagen del magisterio nacional. A nuestro juicio, 2 puntos nos llama la atención: “los docentes son terroristas” y “ellos no quieren ser evaluados”. Tremenda farsa y calumnia. Quien escribe es maestro de aula. Jamás terrorista.

 

Lo que sucede, el culpable para que la educación peruana esté así, en el sótano, es el gobierno, o los gobiernos, que pauperizó la educación peruana, convirtiendo al país en tierra de “minusválidos mentales”.

Por ahí un militar habla sobre el problema educativo del Perú, cuando su tema es otra cosa. De lo que se desprende, cualquier mamarracho y mentecato, puede dar recetas y pautas sobre la educación, sin saber ni si quiera lo elemental de la doctrina educativa.

La raíz del problema

La raíz del problema está en la preparación de los maestros, en su formación profesional. Si el Estado no se preocupó nunca por la formación de los profesores, no puede lamentarse ahora acusando a los docentes que tienen miedo a los exámenes. Desde el primer gobierno de Alan García y Alberto Fujimori, la formación magisterial se fue al tacho, a la basura. En esas épocas aparecieron pedagógicos por todas las esquinas, donde era prohibido desaprobar a los estudiantes, en que los profesores se titulaban en serie, no había laboratorios, el currículo de la Formación Magisterial fue seccionado, entonces la calidad educativa descendió vertiginosamente.

¿Quién es culpable para que haya temor por los exámenes, ¿acaso, no es el propio gobierno que sacó a miles de profesores y convirtió a los pedagógicos en cocinería? De otro lado los exámenes son puramente memorísticos o cognitivos, más no para “medir” la inteligencia y creatividad de los profesores. El examen elaborado por los neófitos del Ministerio de Educación es para matar profesionales. No fomenta el desarrollo intelectual. La evaluación traumatiza y estresa a los profesores. Es falso que sean incapaces. ¿Dejar en la calle a miles de docentes, padres de familia, con el cuento de evaluación no es crear una psicosis y miedo?

Por ejemplo, si como padre de familia doy una formación incipiente a mis hijos, ¿cómo puedo pedir que sean buenos? Es absurdo, una utopía. Soy el perverso y cómplice de su bajo nivel.

 

De modo, Frecuencia Latina y otros medios informativos para tener seriedad y consistencia en sus opiniones deben estudiar el tema desde sus orígenes. Lo contrario es calumniar a los educadores. Para la opinión pública la prensa basura no ha mejorado, sigue vomitando residuos cloacales.

Las capacitaciones

Las capacitaciones no se compran ni se adquieren al por mayor. Las capacitaciones muchas veces significan domesticación y dogmatización. El problema no es la capacitación, sino la formación de buenos profesores. Los docentes preparados ejercerán su misión con calidad profesional, ¿qué se puede esperar de los profesores mal formados? Un profesional competente defiende su especialidad en cualquier lugar, no necesita salvavidas para quedarse en el cargo. Un maestro bien preparado no tiene por qué descuidar su nivel, es permanente investigador, es quien aporta ideas y sugerencias, tiene su propio método de aprendizaje, rompe paradigmas, y escoge el camino más apropiado para el aprendizaje de sus alumnos. No es títeres, ni un pelele, menos un robot.

Si se evaluación se trata vemos que los periodistas de la prensa basura demuestran precaria formación profesional. Posiblemente sean personajes recolectados de “la cachina” o de un callejón. No se puede comparar con un maestro que todos los días prepara su “sesión de aprendizaje”. No es cuestión de hablar cualquier burrada como ellos dicen, a diario, “valga la redundancia”. Insólito la pobre cabeza de estos cretinos. Esta miseria no sabe diferenciar una competencia con capacidad. Rebuzna lo que se le ocurre. Maldita prensa basura.

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