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«Escribo para compartir mis alegrías y sufrimientos, pero más que todo los sufrimientos»

LITERATURA.

El escritor chinchano, Antonio Gálvez Ronceros, lanza nueva edición de su celebrado libro de cuentos "Monólogos desde las tinieblas" - VIDEO

A sus 84 años, Antonio Gálvez Ronceros se mantiene activo a nivel intelectual y sigue escribiendo ficciones para compartir sus sentimientos de alegría y sufrimiento con sus lectores.
A sus 84 años, Antonio Gálvez Ronceros se mantiene activo a nivel intelectual y sigue escribiendo ficciones para compartir sus sentimientos de alegría y sufrimiento con sus lectores.


Utiliza la computadora solo para transcribir a ritmo pausado los textos que trabajó con su pluma. No tiene Facebook, Twitter ni WhatsApp, aunque la creación de estos instrumentos tecnológicos le parece “formidable”, pero “necesario hasta cierto punto”. A sus 84 años, Antonio Gálvez Ronceros se mantiene activo a nivel intelectual y sigue escribiendo ficciones para compartir sus sentimientos de alegría y sufrimiento con sus lectores.

Hace algunas semanas, el escritor chinchano publicó una nueva edición de su celebrado libro de cuentos Monólogos desde las tinieblas (1975), que refleja la vida del afrodescendiente del campo y su forma de hablar, acompañado de dibujos trazados por el mismo autor.

¿Usted considera que este libro es una de sus mejores obras, como lo cree la crítica?

Hay varios factores que pueden tomarse en cuenta para la catalogación de un libro. En este caso, la novedad quizás sea el lenguaje. Hay un esfuerzo porque haya una representación bastante cercana al modo de usar el lenguaje del afrodescendiente campesino. Quizá eso sea lo más novedoso en este libro y por eso, tal vez, tengan la impresión de que hay una especie de fidelidad. Hay un libro por allí que da a entender que el negro es un semental. De otro lado, cuando este aparecía, lo hacía esporádicamente como un elemento negativo, como delincuente. Entonces, probablemente mi libro haya dado una imagen más fiel o auténtica de lo que en realidad es el afrodescendiente. Desde ese punto de vista, probablemente se considera, y me parece que sí, a este libro como el principal de los que he escrito.

¿Existe otro libro al que le tenga cariño?

En la obra literaria de un autor puede haber una imagen predominante que haga resaltar un libro de entre otros. Pero, a veces, hay cosas que se escurren. Por ejemplo, considero que uno de los cuentos de mi primer libro (Los ermitaños), que publiqué cuando tenía 29 años, es el más ambicioso que he escrito hasta el momento. Ese libro trata de campesinos no afrodescendientes, sino mestizos, y no de latifundios, sino de la campiña, esa grata imagen que rodea la ciudad. Ese cuento se titula Joche, la cual es una denominación cariñosa y familiar que se le da al que se llama José. También a los que se llaman José se les dice Pepe en la ciudad. Es una preferencia fónica, no tengo nada contra los Pepe.

¿Por qué le tiene aprecio a ese cuento?

Probablemente eso se deba a que la historia exigía un tono dramático, trágico, ya que aborda el tema de la muerte.

¿Cuánto tiempo vivió en Chincha?

Yo me vine a estudiar a Lima cuando tenía 22 años, pero cuando terminé de estudiar fui a trabajar a Chincha, a mi tierra. Trabajé allí dos años y en el año 61 me vine definitivamente a Lima.

¿Qué le hizo tomar esa decisión?

No me daba tiempo para terminar mi cuento Joche porque, bueno, era joven, había algunos compromisos de diversión, fiestas, a las que uno tenía que asistir. Entonces, hice un balance en algún momento y me dije: “si sigo aquí, aquí en mi tierra, no voy a terminar de escribir mi primer libro”. Y me vine. Ese fue el motivo esencial. En el 61, no solo terminé de escribir ese cuento, sino que escribí el sétimo cuento, Sombreros, que inicia el libro.

¿Qué le motiva a seguir escribiendo?

Hay cosas en la vida que a uno personalmente le satisfacen, le dan alegría, le hacen ver ciertos aspectos de la existencia como algo, hasta cierto punto, aunque sea una calificación arbitraria, maravillosa, pero también hay ciertas cosas, hechos, situaciones, comportamientos del ser humano, que en la vida real son dolorosas. Yo entiendo que un escritor, por lo menos yo, quisiera que los demás compartieran o experimentaran esa alegría y ese dolor del que escribe sobre aspectos de la vida. Un afán de compartir estos sentimientos es lo que, pienso yo, lleva a un autor a escribir sobre estos asuntos y entregar a los demás, como quien comparte una alegría, pero también un sufrimiento. Eso es lo que a mí me lleva a escribir. Y es probable que en general todo escritor obedezca a eso mismo. Cualquier otro propósito no existe en mí.

A pesar de los años, usted sigue en actividad. El año pasado publicó otro libro de cuentos.

Sí. Tengo algunos proyectos. Estoy escribiendo y ojalá pueda terminarlos porque estoy tratando de publicar dos relatos muchos más amplios, desde el punto de vista de la extensión, y por lo tanto ya no serían cuentos, serían otra cosa. Vamos a ver.

Fuente: Correo

Perfil

Antonio Gálvez Ronceros
Escritor (84)
Nació en Chincha en 1932.
Ha publicado seis libros de cuentos y uno de crónicas, además de artículos periodísticos. La casa apartada (2016) es el título de su último libro.

Cifras

1961 se muda de forma definitiva a Lima para dedicarse a escribir.
1962 publica su primer libro de cuentos (7 en total) titulado Los ermitaños.
2005 fue distinguido por el Instituto Nacional de Cultura.
 

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