Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

A la luz de la verdad y ante los rayos del sol nada queda oculto. Las evidencias quedan. No hay crimen ni robo perfecto. Por lo menos hay un familiar metido en la danza de la corrupción y de ultraje al pueblo. De modo, siempre hay testigos.  La mafia nunca pacta en público. Sus acuerdos son a medianoche. Ni los gallones cantores, saben del pacto de la noche lúgubre.  

Se trata de un espectro de sangre y fuego contra los sagrados interés del pueblo, donde corre licor de alta calidad y comida para el mejor paladar.  Tal vez, habría sido un viernes 13. El matrimonio entre la mina y los traidores, se habría pactado en Prince o en la Paila, saboreando platos a la carta. Una, más de etiqueta verde o azul, para estos cholos que están en mis brazos, -se escucharía, entre risas y abrazos.

En el lóbrego de la noche, los demás comensales, quizás, metidos también en un plan siniestro, serían testigos de la macabra reunión mafiosa. Pues, entre ellos se respetan y callan, mientras tanto la chupa y cuchicheos, continúan, por ahí un barbudo, dice Inge. -una botellita más. Y, llega el licor que le gusta a Toledo.

Después del acto de la componenda y del gran negociado, los líderes chavineros saldrían sacando el pecho, por haber comido y bebido en restaurante de los mafiosos de cuello y corbata, en el sótano, de Prince, según se dice.
 

Para que este suceso de medianoche, de levanta piernas, ofreciendo el oro de Cerro Lindo, se quede oculto, los mafiosos de Chavín, habrían nominado a un representante, para que les sirva de puente o enlace.

Habrían designado a un profesional que calma el dolor de las muelas, y otro de origen de un pueblito de 3 casas denominado Anta. El acuerdo sería que todas las comunicaciones sean por vía telefónica, sin que nadie se dé cuenta. Escogieron a estos representes viendo que tenían cara de santos, pero escondiendo sus almas, por ser voceros de lucifer. Cuando el pueblo protestaba de la encamada maldita, ellos respondían, con estribillo memorizado, a una sola voz, están hablando “conjudeces”. Y, continuaba,  el noviazgo, celebrando la traición.

Cabe mencionar que los gánsteres nunca dejan rastros ni huellas perceptibles para la gente común. El lema, “toma y daca”; me das yo te doy, es la regla a cumplirse, a ojo cerrado. Finalmente, el jefe de los mafiosos de alto nivel, abrió su maletín, del que sacó un fajo de billetes, y repartió a los traidores la cantidad de 500 soles, -Este sencillo es para tus pasajes, dijo el enano, al despedirse muy risueño. Pues, bastaba una cita tras la comida y licores,  y así había cerrado la venta de tierras de la comunidad.  

Afuera de la puerta del festín, donde el sol alumbra, los mafiosos saldrían, uno a uno, sin que nadie sospeche, del horrendo pacto celebrado, maullando poner en autos el manejo macabro de la comunidad, que se convocaría a su asamblea dentro 15 días, fecha en que se aprobaría, sin ninguna observación, la venta de tierras, a un costo irrisorio.

Como la plata les llegaba fácil, tuvieron queridas y derrochaban dinero fácil que llegaba a sus a sus manos, sin mayor esfuerzo, pero fruto de su traición. El pueblo tonto, no se daba cuenta germinación de la podredumbre, y de su multiplicación y contagio microbiano.

 

Para tal fin, la agenda debía ser elaborada por el piquichón de la mina. A cambio del regalo, vale decir de la traición, los del conciliábulo y el falaz pacto, contra natura, los traidores del pueblo, recibirían obras, servicios, combustibles, y sacos de comestibles para sus familiares; en tanto, la plata llegaría vía obras y servicios, para que los comuneros torpes no se den cuenta. Así en poco tiempo las cuadrillas de traidores salían con carros y camionetas de último modelo. De queseros, pastores y vagos sin oficio, se convirtieron -en un abrir y cerrar los ojos- en grandes empresarios.Como la plata les llegaba fácil, tuvieron queridas y derrochaban dinero fácil que llegaba a sus a sus manos, sin mayor esfuerzo, pero fruto de su traición. El pueblo tonto, no se daba cuenta germinación de la podredumbre, y de su multiplicación y contagio microbiano.

De este modo, durante 15 años se vienen saqueando al pueblo de Chavín. Muchos hijos profesionales y casi todos los llamados líderes, han tomado parte del silencio y complicidad macabra contra el pueblo, un pueblo abandonado por siglos.
 
La minera llega a Chavín a inicios de la década del 2010. Se posesiona allí como una mansa paloma, con los dólares llenos en sus bolsillos, predicando que la mina representaba el desarrollo del pueblo, con el epígrafe que, el milagro había llegado a Chavín trayendo como objetivo el despegue socio-económico, que significaba bienestar social, y plata como cancha para el pueblo, para que no haya pobreza y abandono.   

Cuando los mineros llegan a Chavín, el pueblo contaba con una posta de salud, 3 entidades educativas: Inicial, primaria y secundaria, y una linda carretera. Había una Feria Semanal. La agricultura y ganadería florecían. Había agua por lo menos para la producción de sus tierras y consumo humano y animal. La demostración de la producción chavinera eran las ferias semanales, decenas de sacos de papa y otros productos salían con destino a Chincha.


 

Perdieron 2 directores de Inicial y primaria. Tenía la misma cantidad de escuelas en los anexos, y n el caserío de Santa Mejorada, que ahora funciona en la punta de un cerro por efectos de la contaminación. En nuestros días en el aspecto educativo rural sigue igual.  Ante esta triste realidad, los comuneros acordaron en repetidas veces, no vender un metro más de tierra. El acuerdo duró unos días. Pues la componenda y silencio continua, como si nada pasara en Chavín. Hasta los viejitos como yo, se repartieron mil soles cada uno, para su silencio y complicidad, en la venta de ORCO.COBE.

La muerte de los animales y la contaminación, no son pruebas para los traidores. En fin, la traición sigue su camino…mientras el pueblo se abate en la miseria y el abandono.

Los llamados comuneros calificados, calificados para robar digo yo, son los únicos beneficiados de los millones.

Seguiremos, enfocando, modestamente nuestros puntos de vista, sin caer en el libelo y la infamia, tampoco sin temblar como el perro calato en el invierno, rascándonos las costillas.
 
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