Esta mujer es la prueba que los abusos no son solo de parte de los guardianes del orden
Se descontroló luego de que su esposo fuera detenido por conducir ebrio y comenzó a agredir a los representantes del orden y la ley - VIDEO
ICA - Una mujer, cuyo esposo fue detenido por conducir en estado de ebriedad, protagonizó un escándalo gritando e insultando a policías en el interior de la Comisaría de Ica. El suceso ocurrió el último domingo a las 9:30 de la noche en la dependencia de la calle J. J. Elías.
Los policías de la sección de Tránsito detuvieron al esposo de la empresaria Nelly Durand Dávila porque manejaba su vehículo por el centro de Ica en estado de ebriedad, pero mientras realizaban las diligencias, la mujer natural de Huacho gritaba improperios contra los agentes.
« Tras su comportamiento descontrolado, la empresaria fue retirada de las instalaciones policiales. Sin embargo, Durand Dávila continuaba realizando disturbios en los exteriores y con una piedra grande golpeó el portón posterior de la dependencia policial, ocasionando daños. Ella totalmente fuera de sí pedía a gritos su celular. »
Ante el total descontrol y daños, a los integrantes de la Policía Nacional no les quedó otra que enmarrocar a la esposa del detenido. Dos agentes se dirigieron hacia la parte posterior de la dependencia policial, donde la mujer estaba golpeando la puerta e incluso con la piedra ocasionó una abertura.
Antes de que fuera enmarrocada, la mujer observó que los policías la estaban grabando y tiró el celular de uno de ellos. Los agentes de inmediato le colocaron las esposas y la llevaron al segundo piso de la comisaría, donde está ubicada la Sección de Investigación de Delitos y Faltas.
Ella fue detenida por daños a los bienes del Estado y desacato a la autoridad. Dentro de la dependencia continuaba gritando improperios contra el personal que la intervino.
« "La empresaria" fue grabada en video y las imágenes revelan el bochornoso incidente, donde ella se burla de los policías, además de oponer resistencia al ser enmarrocada. »
Incluso, en el segundo piso, una agente le dice que se siente, pero Durand Dávila le grita: “¡No me toques!”. Entonces los agentes la llevan hasta la silla y la sientan, pero esta se para y les dice que no la pueden obligar a sentarse.