Desde 1988, con Juan Pablo II, un pontífice no visitaba la Eurocámara. Francisco ha aprovechado la ocasión para recordar a los eurodiputados que "su misión es preocuparse de la fragilidad de los pueblos y las personas" en medio de un modelo de vida funcionalista.
"¿Qué dignidad puede tener un hombre o mujer q no tiene qué comer o lo mínimo para vivir ni trabajo?", les ha espetado al tiempo que subrayado que una persona no puede ser privada de sus derechos inalienables y "menos aún, en beneficio de intereses económicos". Una puntualización directa al dogma de austeridad y recortes sociales que han dictado durante la última legislatura las políticas económicas de la Unión Europea.
Interrumpido por aplausos, el pontífice ha reflexionado sobre cómo la UE se ha distanciado de sus pilares y ha descrito "instituciones distantes, lejanas a la sensibilidad de los pueblos e incluso dañiñas". "Desde muchas partes existe una impresión de cansancio y envejecimiento de una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz".
El papa también se ha referido al valor de la familia. "Ser humano corre el riesgo de convertirse en parte de un mecanismo, en un bien de consumo", ha dicho dice citando la eutanasia y aborto.
Francisco ha analizado las "enfermedades" que detecta en Europa, y una de las que ve "más extendidas" es "la soledad". Es una sensación, ha dicho, que advierte en los "jóvenes sin puntos de referencia", "ancianos a menudo abandonados a su destino" y en los "ojos perdidos de los inmigrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor"o
Precisamente en relación con la inmigración el papa ha llamado a los europeos a "afrontar juntos la cuestión" y ha asegurado que "no se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio". Ha afirmado que hay que garantizar "la acogida a los inmigrantes", para lo que ha pedido "políticas correctas, valientes y concretas" que ayuden a los países emisores en lugar de "políticas de interés".
Jorge Bergoglio ha tenido además palabras para los desempleados y ha dicho que "es hora de favorecer las políticas de empleo, pero es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garantizando también las condiciones necesarias para su desarrollo".
El papa ha lanzado además un mensaje a Europa a favor de su ampliación hacia otros países que todavía no son miembro de la UE y, en concreto, a los del área balcánica.
El aplauso cerrado del hemiciclo puesto en pie puso fin a un discurso, boicoteado por los seis eurodiputados españoles de la Izquierda Plural (IU, Alternativa Galega de Esquerda e ICV) y jaleado, sin embargo, por el europarlamentario y líder de Podemos Pablo Iglesias desde las redes sociales.
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