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El distrito de Azángaro, provincia de Yauyos, departamento de Lima, está pasando por la parte de su historia. Casi el 90 de por ciento de sus alcaldes han sido foráneos, azangarino que viven fuera del distrito y van como de visita, de vez en cuando, y sus reuniones, o asamblea de concejo, la realizan en Cañete, o simplemente lo firman, bajo la complicidad de los dirigentes del lugar, como denunciara hace bastante tiempo el ciudadano Juan Rodríguez Garay, y otros pobladores.
Las municipalidades distritales de la sierra se manejan a control remoto, los alcaldes nunca están en sus comunas. Es una realidad viva y palpable de los pueblos del interior.
Los más insólito que hemos visto ayer, en Azángaro, a unos 150 Km de Chincha, que nadie nos creerá. Estuvieron haciendo la “herranza en silencio”, con 5 personas, fuera de la fiesta, en un día no programado, al día siguiente del término de la fiesta,. No había la cantora y su tinya, ni menos el “cornetero”, que son 2 instrumentos, indispensables en todo evento de esa naturaleza, sumándose a ellos los “jarimactas” o “huancas”, encargados de tumbar las vacas. A lo lejos apenas se escuchaba un sonido tocando algunas interpretaciones santiagueras. Esto es un horror, un insulto al pueblo de Azángaro. Jamás a lo largo de su historia hemos conocido esta lamentable historia. La historia de un desastre.
Video de archivo.
Lo más criticables, es que su fiesta religiosa patronal terminó el domingo, “La Ascensión del Señor de Chachuy”. La herranza o la fiesta de las vacas, está programada para el día sábado. Todos los años, la herranza nunca ha fallado. Desde miércoles por la noche hubo chupadera, bailes, deporte y actividades sociales, sin participación escolar, y otros excesos. La Herranza después del tributo al Señor de Cachuy, es la actividad más importante en ese distrito, ha sido modelos para otros pueblos por su estilo particular. El de ayer es el ejemplo más pésimo para todos y los pueblos vecinos.
Video de archivo de peregrinos subiendo al "Santuario del del Señor de Chachuy”.
Los hijos del distrito, que van a la fiesta, desde lejos, precisamente llegan por la “Herranza”. Al alcalde anterior Valentín Quispe Gutiérrez les presentamos un proyecto para mejor esta actividad turística costumbrista. Lo tiraron al tacho, y finalmente parece ser la sepultura la famosa Herranza de Azángaro, increíble pero cierto. Los hijos del distrito, que van a la fiesta, desde lejos, precisamente llegan por la “Herranza”. Al alcalde anterior Valentín Quispe Gutiérrez les presentamos un proyecto para mejor esta actividad turística costumbrista. Lo tiraron al tacho, y finalmente parece ser la sepultura la famosa Herranza de Azángaro, increíble pero cierto.
Prácticamente estamos por los 6 meses de gobierno municipal que dirige Porfirio Teodomiro Quispe Chávez. El brilló por su ausencia, según se dice por enfermedad, pero debió delegar a un regidor, no lo hizo. No se ven obras ni se oyen proyectos. Se trataría de un fracaso del distrito de Azángaro, cuna de hombre valientes en intelectuales como Leoncio Rodríguez Reynoso, los hermanos Pedro y Baldomero Quispe, y la tierra de Fausto Dolorier Armas, arpista de renombre mundial, y de muchas ilustres personalidades, que da pena ahora. Llorará desde su lecho de dolor, Montehuasi, Jesús
Huamán, varias veces alcalde y autoridad en ese bello distrito, que le costó mucho para sacarlo adelante sin ganar un sol.
Algunos pobladores nos manifestaron su extrañeza cómo el director del Colegio de Azángaro se había empeñado a talar los eucaliptos sembrados para detener la erosión terrestre y ser los pulmones de la ciudad; vale decir para detener la contaminación ambiental y ser parte del ecosistema. Pero el zamarro director del colegio, asociado con algunos padres de familia lo han echado por tierra, tantos años de cuidado que daban belleza al pueblo y al colegio. De paso no vimos ni un escolar caminado, tal vez los profesores le han dado azueto.
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