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Pedro Castillo Terrones, presidente constitucional del Perú, al parecer no tiene conciencia de lo que sucede en el terreno político de nuestro país. Aún no se ha percatado que camina sobre terreno minado. Que los medios de comunicación, aquella que con sus programas basura y sus desinformaciones que propala a través de los noticieros, prepara el zarpazo contra Castillo.
La señora K, la cabecilla de una organización criminal, investigada por lavado de activos, con pedido de presión de treinta años, jamás aceptó el triunfo de Pedro Castillo. Reconozco la legalidad de las elecciones, pero desconozco su legitimidad, gimoteo, después de haber mantenido en zozobra al país entero. Es con esa malhadada frase que lanzó a sus mesnadas al ataque desde las calles - ahora la TV los llaman marchantes - y a la confrontación ciega a sus operadores políticos.
Ayer renunció Héctor Béjar Rivera, al haber lanzado frases calumniosas contra la historia de nuestro Perú. No le quedaba otro camino. Lo conocí al ex - canciller en la biblioteca de la municipalidad de Ilo, allá por los años 80, al leer fascinado sus “Apuntes sobre una experiencia guerrillera”. La del 60 fue una guerrilla, liderada por el poeta Javier Heraud, muy distinta al terrorismo genocida de Sendero Luminoso.
El reflejo de la renuncia dejo sin piso a la derecha golpista, que preparaba un ataque fulminante, con el bufón Montoya a la cabeza. Tenían preparado un discurso chauvinista, efectista y lleno de mentiras.
De cuándo aquí estos falsos profetas son defensores de la integridad de nuestra patria. Que hicieron cuando Fujimori cedió Tiwinza a Ecuador. Aplaudieron. Que hizo la derecha cavernaria cuando el dictador Augusto B. Leguía entregó Leticia a Colombia. Nada, aplaudieron. Por citar solo dos recientes casos de nuestra triste historia.
Que hicieron estos falsos demócratas cuando Fujimori perpetró el golpe de estado. Que hizo el bufón Montoya cuando Fujimori-Montesinos los sometió haciéndoles firmar un acta de sujeción. Bajaron la cerviz.
La derecha golpista se rasga las vestiduras y se llena de terror hipócrita cuando asume la presidencia de la PCM un hijo de pueblo, un quechua hablante y lo señala como apologista al haber declarado que Edith Lagos fue una peruana equivocada. Esa misma derecha jamás se escandalizó cuando Alan García, en pleno ejercicio de la presidencia, dijo exactamente lo mismo. Peor aún, el mismo Alan García nombró presidente del Consejo de Ministros a un sentenciado por terrorismo. Esta misma derecha se calló en siete idiomas y el golpista mayor, el almirante Montoya, en su condición de Presidente del Comando Conjunto, jamás dijo esta es boca es mía. Esa es la doble moral de estos fariseos, de estos falsos demócratas, de estos cómplices de la dictadura criminal y corrupta de Fujimori. Cuando este sátrapa se deshacía de nuestras empresas estratégicas, los envalentonados de hoy día, aplaudían. Allí si no había Perú que defender.
Enfrente señor Presidente a estos falsarios con la verdad, con valentía. Muestre los trabajos que en pocos días viene ejecutando en favor del Perú. Enróstrelos que el premier Bellido en dos días soluciono el problema de las Bambas, un conflicto que sus antecesores respondía con balas y muerte, solo para defender a la gran minería. Muestre como la minera Buenaventura ha pagado “al cash” más dos mil millones de soles, deuda tributaria que venía arrastrando gracias a la benevolencia de los anteriores gobiernos.
No se amilane señor presidente. Siga adelante. Ponga en jaque, con las armas que nuestra constitución franquea, para arrinconar a los fascistas de todas las layas, a los golpistas cobardes, a los impenitentes corruptos.
Otra cosa, quíteles todas las gollerías a los almirantes y generales, que atrás suyo y del sufrido pueblo peruano, reciben - eso sí, ilegítimamente - en promedio cincuenta mis soles mensuales, entre carro del año, gasolina, mayordomo, cocinero, seguridad, etc., etc., etc. Allí sí estos mentirosos no hablan de la pobreza del pueblo peruano. Allí si no hablan de defender sus derechos, sus votos. Cínicos, desvergonzados, pusilánimes.
Esos cuatros congresistas, militares jubilados, nos significan algo de S/. 200,000.00 mensuales, frente a S/. 2,000.00 que reciben cuatro jubilados de a pie. Eso tiene que cambiar.
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