Hace poco se cumplió tres meses desde que el presidente Martín Vizcarra anunció el inicio del estado de emergencia y aislamiento social obligatorio en el Perú, en principio por 15 días.
Con el objetivo de mitigar el impacto de la paralización de la economía sobre los ingresos de los hogares, el Ejecutivo anunció la creación del bono de Yo Me Quedo en Casa, que consiste en una transferencia de S/380 a familias en situación de pobreza y pobreza extrema.
Conforme la cuarentena se fue prolongando, el Gobierno creó nuevos subsidios monetarios, como el bono independiente (de S/760), orientado a las familias vulnerables con al menos un trabajador independiente, el bono rural y más recientemente el bono universal familiar.
Las cifras del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) dan cuenta de que, al viernes 13 de junio, más de 4,6 millones de familias en el país habrían cobrado los bonos, si se consideran los dos pagos del bono Yo Me Quedo en Casa, el rural y los tres pagos del bono familiar universal que se han dado hasta la fecha.
La cifra representa el 50,7% de los hogares a escala nacional. De este total, casi 2,7 millones han recibido el bono Yo Me Quedo en Casa (29,4% del total de hogares), 966 mil hogares cobraron el rural (10,5%) y el bono familiar universal ha alcanzado a 991 mil hogares (10,8%).
La semana pasada, el Midis resaltó que el cobro de los bonos registra un avance de algo más del 60% respecto de la población identificada como potenciales beneficiarios de cada uno. En el caso del bono Yo Me Quedo en Casa, ya se alcanzó al 94% de los potenciales beneficiarios, el independiente alcanzó 85%. Los bonos rural y familiar universal, sin embargo, registran solo entre 61% y 62% de avance.
Vulnerabilidad
Considerando tanto el ámbito urbano como el rural, el Midis estimaba alcanzar a 6,8 millones de hogares. Con los tres bonos bajo su ámbito, y sumando el bono independiente que está a cargo del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), más de 5,1 millones de hogares ya recibieron el alivio del Estado.
Aunque cada bono está orientado hacia grupos distinto de beneficiarios, todos buscan apoyar en teoría a las personas más vulnerables. Por ello, para poner en perspectiva el alcance de estas entregas, resulta pertinente comparar la cifra de hogares beneficiarios con el número de hogares que estén en situación de pobreza o de vulnerabilidad.
Para este análisis se siguió la metodología del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que define a las personas en situación de pobreza como aquellas cuyo ingreso diario es menor a US$5 y a los vulnerables cuyo ingreso al día supera los US$5, pero es inferior a US$12,4. Esta clasificación permite aproximar el número de peruanos que vivirían de sus ingresos diarios.
A partir de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho)se encuentra que, 4,6 millones de hogares se encuentran en situación de pobreza o vulnerabilidad en el país, es decir, un 49% del total nacional. Considerando lo reportado por el Midis, el número de hogares en pobreza o vulnerabilidad es casi equivalente al de beneficiarios de los bonos.
Las diferencias que existen responden a que la metodología utilizada por el Midis para identificar hogares beneficiarios se basa en el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh), que considera más variables –como el acceso a servicios públicos– para la clasificación.
Focalización
También se creó el bono independiente, que apuntaba a compensar los ingresos que las personas que laboran por su cuenta podrían dejar de percibir durante la pandemia. De acuerdo con cifras de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), hasta la semana pasada hubo poco más de 773 mil beneficiarios de la transferencia.
Al cierre del 2019, en el país había aproximadamente 5,2 millones de trabajadores independientes. Asumiendo que no hay filtraciones, ello implicaría que el 14,8% de ellos habría recibido este subsidio. A escala regional, en Arequipa se registra la mayor proporción de beneficiarios, con 37% de los independientes. En contraste, en ocho regiones del país se alcanzó a menos del 10% de este grupo.
De acuerdo con Joan Martínez, economista e investigadora de la Universidad de Berkeley, el primer objetivo de estas transferencias es contrarrestar el impacto del estado de emergencia en los ingresos. No obstante, no debe perderse de vista un segundo objetivo: mantener el dinamismo de la economía otorgando recursos que incentiven el consumo de los hogares y, así, el movimiento de las empresas. En este sentido, considera importante asignar estos subsidios bajo criterios más amplios “basados en lugares”. Así, por ejemplo, se deberían orientar a donde hubo poco alcance de las transferencias previas, sobre todo en zonas con economías donde las fuentes de ingreso externas se han reducido fuertemente.
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