Por: Eucadio Gutiérrez Solano

Hace unos 60 años no hemos visto en el Perú la presencia de caníbales políticos en acción. Hoy percibimos la existencia de los consumidores de sangre humana, de gente que vivieron de la necesidad y el hambre. Ahora, saltan como hienas hambrientas al ver visiones que chocarían contra sus intereses. Los carnívoros que vivieron a costa del pueblo, explotándolos sin corazón, hoy lanzan “heces” contra el candidato del Perú libre, con la letrina usada como propaganda: “prefiero elegir a una rata y vivir dentro de la corrupción”. ¡Qué bárbaro!

En la campaña malévola se ha unido la prensa ruin, los políticos pertenecientes al hampa y la corrupción, los que manejan la conciencia del pueblo y los que viven del Estado, formando la burocracia dorada. Esta banda cruel y asesina del pensamiento libre del pueblo vomitan podredumbre mortal contra el profesor Castillo, a cada instante. Las calles están llenas de infamias y calumnias. Mientras que la candidata Keiko Fujimori, cuenta con la bendición de los sátrapas, fabricantes de la pobreza. Es decir, todo un conjunto de corruptos y sangradores están a favor de Keiko.

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Tanto es el odio y la maldad contra un docente humilde, cuyo delito es querer la presidencia. Los fabricantes del miedo y del terror multiplican su campaña a favor de la hija de Alberto Fujimori, encarcelado por los delitos que cometió.

En esta campaña inmunda los mercenarios del Perú se han unido y callan lo que ha hecho Montesinos, los cuellos blancos, de la plata que recibió la señora K de Odebrecht, etc. Para los enemigos del pueblo todo vale para elegir como presidenta a la encausada por varios delitos, porque la detractora del pueblo no tiene manchas ni penalidades. En una palabra, es una santa.   

En Chincha los enemigos del profesor Castillo están identificados. La mayoría son los descendientes de los italianos, que traicionaron en la infausta Guerra del Pacífico, son los que mataron a los negros de Larán, San Regis y San José. Esta simpatia se comprende porque el marido de Keiko Fujimori, un tal Mark Vito, es un descendiente de italianos que llegaron a los Estados Unidos desde la tierra de la Cosa Nostra, Sicilia.

La historia se repite. Se debe dejar libre a los electores. El nuevo gobierno debe ser del pueblo, por lo menos que demuestre honestidad. Los ignorantes, una pequeña parte, y la alianza de los corruptos, que maneja millones, forman la banda delincuencial que pretenden llegar como presidente, capturando a los electores ingenuos, bajo fusil, chaveta, y regalos. 

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