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Homologación pensionaria de las Fuerzas Armadas y Fuerza Policial

POLITICA NACIONAL.

¿ La homologación? Una verdadera demagogia, un engaña muchachos, que significaría, según expertos, un gran forado al erario nacional.

Los generales, así como sus homólogos de la marina y la FAP, almirantes y tenientes generales, le significan al estado peruano, solo en pensiones una ingente cantidad de dinero, que ya quisiera un Director o Profesor jubilado. Foto: Fotomontaje
Los generales, así como sus homólogos de la marina y la FAP, almirantes y tenientes generales, le significan al estado peruano, solo en pensiones una ingente cantidad de dinero, que ya quisiera un Director o Profesor jubilado. Foto: Fotomontaje

 

Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial


Por allí sale el general EP ® y ahora congresista Edwin Donayre, ayacuchano, quechua hablante, aquel fue vilipendiado y humillado por Mulder. Luego sale otro congresista, muy seriote el tipo, representando dizque a Ucayali, Almirante ®, Carlos  Tubino Arias Shereiber.

 

Por otra  esquina asoma la cabeza otro general de la policía, también retirado y congresista Marco Miyashiro y Octavio Salazar, el mismo de los pistacos. Todos alineados bajo una supuesta  defensa de la homologación de los sueldos de las FFAA y FFPP.  Una verdadera Demagogia, un engaña muchachos, que significaría, según expertos,  un gran forado al erario nacional.

No estoy en contra de la homologación, que de alguna manera me alcanzaría, sino en el oportunismo de estos embaucadores, en la irresponsabilidad de este planteamiento, cargando al estado un costo muy grande y lo peor sin dar otra  alternativa, que viabilicen esta reclamada y  justa  homologación.

Alternativas hay, lo que pasa es que estos oficiales generales, hoy  congresistas por accidente político, esconden porque ellos y la inmensa  legión de generales y coroneles, en actividad y retiro,  verían seriamente afectados sus indebidas prebendas.

 

 

« Los generales de brigada y de división, así como sus homólogos de la marina y la FAP, almirantes y tenientes generales, le significan al estado peruano, solo en pensiones una ingente cantidad de dinero, que ya quisiera un Director o Profesor jubilado. Veamos. » 

 
 

Sueldo del general  de división jubilado             :           S/. 10,016.00
Sueldo del general de brigada jubilado              :           S/.  9,763.00
Sueldo del coronel jubilado                               :           S/.  8,098.00
 
Sueldo del Máximo grado personal subalterno    :          S/.  4,112.00
 
Sueldo máximo de un profesional jubilado         :            S/.  800.00
 
Pero el  “señor” general y sus pares no solamente se encuentran en la cúspide del sueldo de los pensionistas, además mensualmente  recibe, en promedio, lo siguiente:
 
Quinientos galones de gasolina de alto octanaje :           S/.  9,500.00
Un chofer a tiempo completo                            :           S/.  3,500.00
Un Mayordomo                                                 :          S/.  3,500.00
Un personal de seguridad                                 :           S/.  3,500.00    
 
Mensualidad total asignado                               :           S/. 20,000 .00
 
Por si fuera poco el “señor” general y sus homólogos reciben un carro del año, de manera anual, renovable, lo que equivale  a la suma de noventa mil soles (S/. 90,000.00)

En suma el “señor” general, el señor “almirante” y el “señor” teniente general reciben anualmente la cantidad de doscientos treinta mil soles (S/. 230,000.00), frente a los magros nueve mil seiscientos soles (S/. 9,600.00) que recibe un profesional jubilado, sean maestros, enfermeros, médicos, etc.

Esta triste realidad y esta injusticia,  es la que estos otorongos de mala entraña ocultan. Estos demagogos de la peor calaña,  que dizque salen a defender la homologación de sueldos del personal. Mentira, defienden sus intereses, sus indebidos privilegios.

En una oportunidad, un intonso, salió a presentar por las redes sociales  al “señor” almirante Navarrete Salomón, como un héroe, como el único que le había dicho  NO  a un presidente, por un tema de ascensos. Falso, ese “señor” almirante se plantó  ante García,  por encargó de la Asociación de Oficiales Generales, para seguir usufrutuando de esos  privilegios,  que García pretendía recortarlo, pasando a la ONP sus pensiones.

Otro general, que en esa oportunidad saltó hasta el techo defendiendo esos privilegios, fue Roberto Chiabra, argumentando que eran derechos adquiridos. Por  allá,  otro “señor” almirante,  Jorge Montoya, repitió la misma monserga.

¿Derechos adquiridos?

Derechos adquiridos son la marcha de  sacrificio de los mineros, aquellos que trabajan doce horas en los socavones de las minas y que los dueños de las minas no los reconocen. Derechos adquiridos son de los profesores, enfermeros y servidores  públicos, que con  sus huelgas de hambre exigen aumento de sueldos. Derechos adquiridos  son de las amas de casa, que  por una vida digna y por un sueldo acorde a la canasta familiar, reclaman por ellas mismas y por sus esposos e hijos.

¿Qué tipo de derecho adquirido invocan estos parásitos?. El derecho adquirido a punta de bayonetas, que la clase política, convenida y pusilánime cedió, a un costo tremendo que el ciudadano de a pie tiene que solventar. Que derechos adquiridos reclaman, si la lucha contra el terrorismo no libró directamente  el “señor” general,  sino el capitán, el sub oficial y personal de tropa.  


 

« Además de  quinientos generales, por dar una cifra, solo tres sirvieron en la zonas de emergencias y cobijados en cómodas casas, con carros, choferes y mayordomos a  su disposición. Eso no se llama derechos adquiridos, eso se llama gollería, sinvergüencería. »

 


Frente al justo reclamo del personal, el congreso debería  recortar todos esos privilegios de los generalotes, que fácilmente suman el triple de  lo que cuesta homologar el sueldo de los pensionarios, de  los técnicos y sub oficiales de  nuestras  FFAA y FFPP, que prácticamente sobreviven en los cuarteles y bases militares.

Por eso, por mantener sus privilegios fuera de la vista de los ciudadanos, es que ningún general o almirante exigen a viva voz la homologación. Que va, esa homologación no le hace ni cosquillas a su sueldo. Esos  se sienten cómodos de esa manera, viven de “chupar la sangre”   del  Estado Peruano, mientras que los miles de ciudadanos, luchamos de sol a sol, para llevar un pan a nuestros hogares y como retribución tendremos, en nuestra planilla de jubilado, ochocientos soles mensuales, frente a los diez mil soles del generalote, que se incrementa a treinta mil soles con todas sus gollerías.

NB: Los artículos publicados en la Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de sus autores. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

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