Por: Esteban Saldaña Gutiérrez Ingeniero Industrial |
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El general EP retirado Edwin Donayre Gotzch, saltó a la palestra nacional por esas formas groseras de comportamiento, chauvinista y folclórica, retratado magistralmente por un cómico rastrero, esbirro de la decencia y de la democracia.
Este general y congresista llegó al Museo de la Memoria (LUM), travestido en un paisano, de la que no es ajeno y cámara en mano, al estilo Mamani, grabo subrepticiamente a una orientadora que cumplía con su trabajo, de informar a los asistentes sobre la barbarie cometida en la época del terrorismo, tanto por sendero, como por las FFAA.
Hablemos claro y sin eufemismo. Sendero Luminoso fue y será una horda de terroristas, mesiánicos, genocidas, crueles hasta la barbarie, que mataban sin piedad, a pedradas limpia, para ahorrarse las balas decían esos mal nacidos. Existen miles de muertos, de nuestros humildes campesinos clamando justicia, de nuestros hermanos quechua hablantes, que el único delito que cometieron fue vivir en las alturas y toparse con estas hordas sedientas de sangre y venganza. Tengo familiares directos víctimas de estos genocidas.
¿Cuál fue la respuesta del estado, a través de nuestras FFAA?. Hacer exactamente lo que hacían los terroristas sanguinarios. Acaso no existe el cuartel Los Cabitos, donde se torturaban y asesinaban. Acaso no existen los sótanos del SIE, en donde fue cruelmente flagelada, entre muchas otras personas, hasta la entonces primera dama Susana Higuchi, bajo el aval siniestro de sus hijos. Acaso no existen las matanzas de Cayara, Pucayacu, Madre Mía, Los Molinos, solo por citar algunos, ejecutados por miembros de las FFAA contra ancianos, mujeres, niños. No existe la matanza de la Cantuta, Barrios Altos, El Frontón. Hasta el día de hoy el alma de Indalecio Pomatanta, un joven Pucalpeño que fue quemado vivo, clama justicia, mientras su asesino, su verdugo, goza de impunidad en el congreso de la república.
¿Quién fue el general Clemente Noel y Moral?. El primer jefe político militar de Ayacucho y con él se inició la guerra sucia, respondiendo la barbarie de sendero con la barbarie del ejército. Arrasando comunidades enteras de campesinos Ayacuchanos, bajo la complicidad del expresidente FBT. Fue relevado por el general Adrián Huamán Centeno, Apurimeño, quechua hablante, hijo de humildes campesinos. Se pensó que las cosas cambiaran. Nada. Llegaron otros generales, comandantes, alféreces, sanguinarios como el tristemente célebre “comandante camión”, el “capitán Carlos”, el sub teniente Telmo Hurtado y la matanza continuaba. Así las cosas en este Perú nuestro.
Esas verdades, sin ambages ni tapujos, como corresponde a la historia real de nuestra patria, es la que la desdichada empleada venía informando, hasta que el infortunio, en forma de general travestido se cruzó por su camino.
Muchos desprevenidos de las FFAA elogian a este oscuro general, como lo hacen con el mediocre almirante (r) Ricardo Navarrete Salomón. Ambos son endiosados, por supuestamente haber contribuido con los beneficios del personal.
Falso. La Ley de equivalencias de los pensionistas de las FFAA, motivo de incienso y mirra, no fue por una lucha épica de Donayre. Se dio por circunstancias políticas. PPK y su primera ministra, la damisela Mercedes Araoz, defensores rabiosos para la eliminación de la cedula viva y pasar a la ONP a los militares, estos dada las circunstancias se vieron obligados a sonreír y luego firmar la llamada ley de equivalencia pensionaria, solo por pura conveniencia política. La vacancia presidencial se cernía sobre la cabeza de PPK como una daga de Damocles.
El otro endiosado por algunos incautos, Rolando Navarrete Salomón, dicen sus áulicos que se inmoló por defendernos del zarpazo de Alan García. Falso, el ex – presidente, de la mano de su ministra de economía, Mercedes Araoz, habían deslizado la idea de eliminar la cédula viva y también recórtales a los generales y almirantes ciertas gollerías (como la asignación anual de carros, gasolina, etc.). Allí saltó hasta el techo el almirante Jorge Montoya, son derechos adquiridos, gimoteo, con su clásica verborrea. ¿Y la pregunta fluye natural desde entonces? Y los derechos adquiridos del personal. Ellos no cuentan por supuesto con ningún derecho adquirido. No hay carro del año renovado anualmente, no hay cantidades navegables de vales de gasolina, no cuentan ni con choferes, ni con mayordomos, ni con seguridad y los etcéteras se harían interminables.
Este almirante, Navarrete Salomón, sí se cuadró frente a Alan García y le dijo no, a un pretendido ascenso de otro almirante. Pero eso fue solo para la foto. En realidad el motivo de fondo fue otro, fue un mensaje cifrado, un aviso intimidatorio, concebido en el club de los ex - comandantes generales de la MGP, para dar termino a la peregrina idea de disminuir las tremendas gollerías que goza el almirantazgo y los generalotes. Y el amedrentamiento funcionó. Nunca más se habló del tema y estos oficiales generales, que nunca se movieron de sus escritorios, en la peor época del terrorismo, siguen gozando, ellos sí, gozando de los beneficios que indebidamente le otorga el estado.
Estos son algunos de los ídolos de barro. Hace más de un año le envié al general Donayre una carta, solicitándole impulse una ley para recortar los malhadados beneficios con lo que gozan los generales y almirantes. Hasta estoy esperando su respuesta.
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