Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho |
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La reunión se desenvolvía entre el jolgorio y bienvenidas a los invitados que venían de viaje y en la ruta habían comprado y comido alimentos preparados en lugares públicos.
En la casa los anfitriones tenían como cena carnes rojas, mariscos y carnes de aves de corral mal cocinadas, así como frutas y hortalizas contaminadas con heces o pesticidas y mariscos crudos que contenían biotoxinas marinas; todo esto sin saberlo ninguno de los asistentes que tampoco percibieron las bacterias, virus o residuos de pesticidas con que estaba impregnada la comida, y que sin haberse dado cuenta habían sido introducidas en el cuerpo a través de la comida y bebida.
Transcurrido poco tiempo después de culminada la cena los niños menores de 5 años, mujeres embarazadas, personas inmunosuprimidas y de la tercera edad, comenzaron a presentar náuseas, vómitos explosivos, gases profusos, diarrea acuosa y dolores abdominales. La comida estaba contaminada o los alimentos fueron preparados o manipulados de forma incorrecta en el hogar o quien sabe qué punto de la cadena alimentaria, cada vez más larga y compleja. Saldo, 1 muerto y 20 personas hospitalizadas. Ese deceso era perfectamente evitable.
Esa emergencia es común tanto en los hogares y lugares abiertos al público, afectando en este caso el turismo y el comercio.
“De acuerdo a la ONU, “La inocuidad de los alimentos es la ausencia, o niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de los consumidores”, y de ella somos responsables todos, el agricultor, el proveedor agrícola, el procesador de alimentos, el transportista, el que empaca, el que distribuye, el que vende, el que prepara, el que sirve, el que consume alimentos, y usted.” |
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismos de Las Naciones Unidas, fueron designados para que lideren los esfuerzos para promover la inocuidad de los alimentos en todo el mundo; debido a que ese grave problema de salud pública no distingue fronteras como tampoco situación económica de las víctimas Se estima que 600 millones de personas -casi una de cada diez en el mundo- enferman después de comer alimentos contaminados, y 420.000 mueren anualmente. En las Américas se calcula que 77 millones de personas sufren un episodio de enfermedades transmitidas por los alimentos anualmente, situación que se agudiza en las festividades de fin de año, reuniones familiares, de empresas o costumbristas de cada país. Las enfermedades diarreicas afectan cada año a unos 220 millones de niños, de los que 96 000 acaban muriendo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda aplicar cinco medidas claves para evitar la inocuidad de los alimentos: mantener la higiene, separar los alimentos crudos de los cocidos, cocer totalmente los alimentos, mantener los alimentos a temperaturas seguras, y utilizar agua e ingredientes crudos confiables. Otra medida es la de invertir en educación en materia de inocuidad de alimentos.
El Perú, inició el establecimiento de las bases para garantizar la inocuidad de los alimentos, en el año 2008 mediante el Decreto Legislativo 1062 la Ley de Inocuidad de los Alimentos y desde 2016 hay un proyecto para establecer la Política Nacional de Inocuidad Alimentaria impulsado por el Digesa (La Dirección General de Salud Ambiental), entidad que para estos días ha tenido conocimiento de diferentes denuncias por presunta presencia de moho de los siguientes productos de Nestlé Perú S.A., bizcocho relleno de gotas con sabor chocolate y panetòn relleno de pasas y frutas confitadas, que recomienda no adquirir o consumir.
@luforero4 |
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