Internet se convertirá en un sistema nervioso mundial
Leonard Kleinrock, el hombre que cambió la concepción de la computación en los 60, predice que el Internet estará en todos lados y nos conectaremos de donde sea.
Leonard Kleinrock es el padre de Internet. El hombre que cambió la concepción de la computación, convirtiendo aquellas máquinas de los años 60 en aparatos de comunicación. El pionero que estuvo detrás del primer nodo de esta red ahora casi infinita.
"Pocas personas como Leonard Kleinrock representan tan bien los cambios fundamentales que requieren de una extrema creatividad". Y es que en sus años de estudiante, Kleinrock ya quería cambiar el mundo. No le valía una tesis doctoral con repercusión, quería abordar "un proyecto nuevo y con mayor impacto". Según explicó el científico, cuando estudiaba en el MIT se dio cuenta de que los ordenadores de los laboratorios deberían poder conectarse entre sí para compartir información.Así surgió la idea de Internet en su cabeza, pero Kleinrock nunca hubiera pensado en una red como la de hoy en día, y se siente sorprendido, orgulloso y maravillado de su rápida y espontánea evolución hacia las redes sociales. "Es increíble como una abuelita de 90 años puede conectarse al mismo tiempo con sus nietos, nunca hubiera imaginado algo así", manifestó.
Así, durante los años posteriores a su doctorado en el MIT, Kleinrock comenzó a investigar en la Universidad de UCLA y allí empieza a promover su modelo matemático de transmisión de datos entre ordenadores (conmutación de paquetes) intentando vendérselo a las compañías telefónicas. "Lo rechazaron una y otra vez, una visión bastante miope en ese momento. Ahora esta tecnología ha revolucionado nuestra forma de ver la vida, todo es digital", bromeó Kleinrock.
Sin embargo, la suerte no tardó en sonreírle al científico. En 1957, el lanzamiento del satélite Sputnik 1 por la Unión Soviética desató la carrera espacial, y Estados Unidos comenzó a financiar proyectos científicos a través de ARPA, con el afán de mejorar en ciencia, ingeniería y tecnología. Uno de esos proyectos fue el de Kleinrock.
"Eso de que Internet se creó para evitar ataques rusos es una leyenda urbana. ARPAnet nació con la única motivación de compartir recursos y apoyar el conocimiento. Se trataba de apoyar la investigación y mejorarla", explicó el científico.
La Web del futuro
El primer mensaje que Kleinrock y su equipo compartieron en el recién nacido Internet, a pesar de no estar premeditado, surgió como una premonición.
Planeaban enviar la palabra LOG, y recibir IN: "Login", es decir: conexión. Sin embargo, el sistema colapsó al enviar las dos primeras letras. Así que, el primer mensaje se quedó en "LO", algo bastante gracioso, si conocemos la expresión anglosajona "LO and Behold!", que viene a significar "¡Aquí estoy! ¡y vengo para quedarme!". "Fue un mensaje profético", bromeó Kleinrock.
Así nació lo que hoy conocemos como la red más grande de comunicaciones del mundo. Entonces, para el científico, era como un niño. Hoy en día es un adolescente descontrolado y errático en el que ha surgido "un lado oscuro" de la mano de la delincuencia informática o la pornografía. Pero, ¿cómo será el Internet adulto?
Kleinrock se manifiesta preocupado por este hecho: "No sé cómo va a crecer, tanto puede reformarse y volverse seguro y responsable como volverse un delincuente. Muchas personas utilizan internet para perpetrar delitos, ¿quién sabe cómo va a afectar eso a la evolución de la red?"
Sin embargo, aunque el comportamiento es difícil de predecir, lo que el científico sí tiene más claro es la ubicuidad que tendrá internet en los próximos 10 años. "Tendremos ordenadores nómadas, nos podremos conectar en todas partes". Kleirock prevé que la tecnología convertirá a la red en un sistema nervioso mundial omnipresente e invisible.
Estará hasta en nuestra uñas
"Los sistemas de Internet podrán incrustarse en cualquier lugar, incluso en nuestras uñas, gracias a la nanotecnología". Habrá dispositivos de comunicación por todas partes, como micrófonos, cámaras, pantallas, memorias de procesamiento... "Será el inicio de la verdadera interfaz humano-ordenador, no serán necesarios dispositivos como teclados y será posible hablarle a la máquina, que tendrá inteligencia".
Con este futuro tan Orwelliano, se vuelve a plantear un problema: la privacidad. Sin embargo, para Kleinrock será algo que merecerá la pena vivir. "Siempre y cuando no te lean el cerebro, eso sí es propiedad privada".