Mag. Químico-farmacéutico y periodista |
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Algunos medicamentos usados para el tratamiento del COVID-19, sin receta médica, y en forma desmedida, estarían dejando muchas secuelas en los consumidores. Y, supuestamente muertes en determinadas personas. Los productos empleados con desesperación para contrarrestar al virus, causante de la pandemia mundial, han sido cuestionados y rechazados por los expertos, precisamente porque causa muchos daños en el organismo.
Pero la gente no le hacho caso las recomendaciones de los especialistas. Ha consumido desmedidamente los “fármacos”. Sobre ivermectina, ayer, en Radioprogramas, en horas de la mañana, cuando se le preguntó a un médico, conocedor del tema: si tomaría el producto; respondió muy sencillo. “Que, él no lo haría”. ¿Es un loco, y quiere que sigan las muertes?
El médico sabe perfectamente que ivermectina, citando una sola especie, es un producto altamente tóxico para los humanos. Ha sido fabricado para los animales. Aquí una vez más aclaramos, que se sepa no hay ningún medicamento inocuo. Siempre afecta a los órganos, fundamentalmente al hígado (hepatotóxico) y riñones (nefrotóxico). Desde luego depende del tiempo de consumo. A mayor tiempo, más daño.
Debe entenderse que el CORONAVIRUS-19, virus altamente patógeno, es reciente. Las investigaciones continúan. Y, salen nuevas luces, casi a diario, sobre el comportamiento del del mal.
“El único producto que salvará a la humanidad son las vacunas, hechos del mismo germen infectante. En cuanto a la curación del COVID-19, hasta ahora no hay ningún medicamento, repetidos diariamente.” |
Algún día tiene que descubrirse que muchas muertes se deben al consumo de productos tóxicos fabricados para otros fines. Según se ha dado a conocer ya hay muertes por consumo de ivermectina. Hace meses los médicos recomendaban no consumir evermectina sin control médico. Pero las personas empezaron tomarlo con su familia, aduciendo que era para prevenir la enfermedad. Se decía que ivermectina era como un tapón que no dejaba pasar al virus. Falso. Los políticos comenzaron a regalar por allá y acá, al extremo que casi todos consumían al “santo remedio”. Grandes y chicos tomaban sin control. Tarde o temprano se sabrá de los severos daños causados.
De otro lado, los apóstatas salieron haciendo propaganda al dióxido de cloro, fabricado para la limpieza, vociferando que este producto triatómico era bueno para curar la enfermedad.
Hacían sus cálculos simplistas. Que la molécula del óxido se dividía en cloro y oxígeno. Así de fácil, cuando la disociación molecular del dióxido o bióxido de claro no es tan sencilla.
De otro lado no se ha pedido la opinión del dueño de casa, sino de los inquilinos, y se viene actuando en base a los criterios de los médicos. Los fabricantes de las medicinas son los farmacéuticos. Con respecto al medicamento en sí es necesaria la partición de los farmacéuticos. Desde marzo a la fecha hemos escuchado 2 veces la opinión contundente del representante del Colegio Químico Farmacéutico de Perú. Tremendo error y discriminación. Ahí están las consecuencias. Los médicos tienen parte en el tratamiento de los pacientes, pero el comportamiento químico de las drogas y medicamentos corresponde a los farmacéuticos.
Es más, ver la evolución del virus en el paciente es tarea de los médicos. En cuanto al comportamiento físico y el tamaño del virus corresponde a los físicos o químicos. El especialista en dicho campo debe determinar qué tiempo está en el aire, y precisar su movimiento de la molécula viral.
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