Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho |
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Desde los primeros años de la vida hasta la edad adulta, cuando una persona juega se divierte, ríe abiertamente, ya sea que se trate de actividades lúdicas al aire libre o juegos de mesa.
La Convención sobre los Derechos del Niño establece en el artículo 31 que los Estados “reconocerán el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.
El juego puede resultar difícil de definir, sin embargo, sus beneficios son diversos: el juego es provechoso, el juego es divertido, el juego es iterativo, el juego es socialmente interactivo y el juego invita a la participación activa, señala el Unicef (El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
El juego reduce los riesgos de demencia porque estimula el cerebro (OPS, Perú); por el contrario, las autoridades sanitarias opinan que los videojuegos en línea, llamados trastorno por uso de videojuegos, son peligrosos para la salud mental, y que esa adicción es más difícil de tratar que la adicción al alcohol o a las drogas, porque internet está en todas partes.
Para el médico neurólogo Marco Tulio Medina Hernández, los principales beneficios de jugar son los de que cuando compartimos nuestros juegos con otros, estamos también compartiendo la alegría, la risa y la diversión (conecta);las recompensas que se logran cuando se aprende a dominar un nuevo juego nos demuestran que la perseverancia vale la pena, que el esfuerzo se ve recompensado (perseverancia); el juego es una puerta de entrada al aprendizaje, el juego estimula la imaginación y favorece la adaptación y la capacidad de resolución de problemas (fomenta la creatividad), y cuando se juega con ganas o con energía aparece una mezcla de endorfinas que eleva el espíritu y distrae del dolor, del miedo y otras cargas físicas y emocionales (distractor). Las endorfinas son como neurotransmisores que producen sensación de placer.
De acuerdo a las Nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños menores de 5 años, éstos deben pasar menos tiempo sentados mirando pantallas o sujetos en carritos y asientos, dormir mejor y tener más tiempo para jugar activamente.
Indican esas recomendaciones, que los lactantes (menores de un año), deben estar físicamente activos varias veces al día de diferentes formas, especialmente mediante el juego interactivo en el suelo; cuanto más mejor.
A los niños de 1 año, no se recomienda que pasen tiempo en actividades sedentarias ante una pantalla (como ver la televisión o videos o jugar a juegos en la computadora).
Para los de 2 años, el tiempo dedicado a actividades sedentarias frente a una pantalla no debe exceder de una hora; cuanto menos mejor.
Los niños de 3 a 4 años, deben pasar al menos 180 minutos realizando diversos tipos de actividad física de cualquier intensidad, incluidos al menos 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a elevada, distribuidos a lo largo del día; cuanto más mejor.
Para los anteriores grupos de edades, en momentos de inactividad, se recomienda que el cuidador les lea o cuente cuentos.
Los juegos de simulación o “simbólicos” (como jugar a la familia o al mercado) resultan especialmente beneficiosos: en este tipo de juegos, los niños expresan sus ideas, pensamientos y sentimientos; aprenden a controlar sus emociones, a interactuar con los demás, a resolver conflictos y a adquirir la noción de competencia. (Unicef).
Muchos padres so pretexto de estar sumamente ocupados casi nunca juegan con sus hijos menores o mayores, perdiendo la oportunidad de afirmar el vínculo entre ellos.
Actualmente la inactividad física en todos los grupos de edad, es responsable de la muerte de más de 5 millones de muertes en el mundo.
@luforero4 |
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