Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación Difusor de la literatura oral de la serranía chinchana |
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"La campana perdida"
Cubierta de un cielo azul, está en abandono la vieja y austera iglesia del pueblo.
Desde niño llevo en la intensidad de mi mente, ese sonido agudo que aún permanece al ritmo de mi alma.
Cada vez que escucho sonar las campanas, mi alma siente emoción y añoranza.
El sonido es diferente cuando es de alegría, y de tristeza retumba mi corazón, entrando en llanto.
La campana de la iglesia, en la que fui bautizado, se ha perdido, aun siento que está ahí y puedo oír su sonido.
La campana desaparecida también resuena de júbilo, cuando llega la fiesta costumbrista, anuncia la celebración.
Cuando el viento se levanta en pequeños remolinos, el torbellino deja de crecer y se estrecha hasta que desaparece.
El sonido de la campana suena triste cuándo la muerte se aposenta en la comarca, acompañando a los deudos en el dolor.
Las campanas también son sacramentales, que ahuyentan a los espíritus malignos, por las noches.
Con inmensa tristeza observo el campanario, que está vacía y siguen sonando como antaño, que marca el camino a los perdidos.
Chincha, septiembre de 2023
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